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Azerbaiyán quiere Zangezur más que la paz con Armenia. Klaus Lange Hazarian

Azerbaiyán no quiso comprometerse a una paz con Armenia hasta que Occidente desista de inmiscuirse en sus planes para el Corredor Zangezur, que hoy seduce tanto a Rusia como a Turquía y por el que esta dispuesta a ir a una nueva guerra contra Armenia.

Azerbaiyán se está preparando para una nueva guerra contra Armenia. Ilham Aliyev, que tanto declamó que «ahora las posibilidades de llegar a un acuerdo son mayores» tras la anexión Karabaj, no asistió a las negociaciones de Granada con Armenia.

Por supuesto, Azerbaiyán necesitaba razones para no ir a Granada, y la encontró en Francia y Europa. Hace unos días, el Ministro de Defensa francés anunció que París está estudiando las necesidades de defensa de Armenia y ayer la canciller Catherine Colonna, anunció en Ereván que París suministrará equipo militar.

Y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó que estaba «extremadamente decepcionado» por la decisión de Azerbaiyán de llevar a cabo una operación militar en Karabaj y se lo comunicó a Aliyev «de manera muy decisiva». En una entrevista con el programa Global Conversation del canal Euronews, Michel dijo que para que las negociaciones tengan éxito se necesitan los compromisos de ambas partes, pero «la mayor responsabilidad recae en Azerbaiyán, quien inició esta operación militar».

Fuentes oficiales azerbaiyanas dijeron a APA que «tras las declaraciones de los funcionarios franceses y del presidente del Consejo Europeo, Bakú exigió incluir Turquía en la reunión que se celebraría en Granada, pero Berlín y París se opusieron».

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Azerbaiyán no quiso comprometerse a una paz con Armenia hasta que Occidente desista de inmiscuirse en sus planes para el Corredor Zangezur

Se suponía que la reunión del 5 de octubre en Granada sería la primera desde la operación militar lanzada por Azerbaiyán el 19 de septiembre y la limpieza étnica de 120.000 armenios de Karabaj.

Hoy, el portavoz de Kremlin Peskov, confirmó que antes del ataque del 19 de septiembre, Moscú tuvo contactos secretos con Washington y Bruselas en Turquía. Parece que Occidente le recordó a Moscú su tarea de proporcionar seguridad a Karabaj, donde tiene un contingente militar. Sin embargo, Azerbaiyán atacó y para sorpresa internacional, los soldados rusos hicieron la vista gorda y en cambio pudieron incautar casi US$1.500 en armamentos a las milicias armenias de autodefensa que, seguramente, será enviados al frente ucraniano.

La negativa de Aliyev de ir a Granada redundó en interés de Rusia. Moscú está extremadamente ansioso de que Armenia y Azerbaiyán no firmen un acuerdo en formato occidental, lo que implicaría que en vez de guardias rusos haya europeos en la frontera, como quiere Pashinyan.

Por eso Moscú y Bakú todavía necesitan la declaración del 9 de noviembre de 2020.

Azerbaiyán lo quiere para seguir presentando una reivindicación territorial sobre Armenia bajo el nombre de «Corredor Zangezur» y Rusia para garantizar su acceso al mismo con sus fuerzas de paz que la patrullarán.

En este sentido hay que escuchar las declaraciones de Elchin Amirbekov, representante especial del presidente de Azerbaiyán: afirmó que Armenia «mal interpretó» las palabras sobre la soberanía del corredor Zangezur. Dijo que reconoce que pasa por territorio de Armenia, pero que le preocupa la seguridad, ya que el «documento del 9 de noviembre» decía que las fuerzas rusas eran las que darían garantías fiables para poder tener un tráfico ininterrumpido desde Azerbaiyán a Najichevan.

En otras palabras, Rusia y Azerbaiyán tienen serias razones para mantener el status quo establecido por la declaración del 9 de noviembre de 2020. Además, excluye a Occidente y mantiene a Turquía en el juego. De ahí la necesidad de que participara Erdogan en la reunión de Granada.

Aquí también entra a jugar las declaraciones del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quien les dijo hoy tanto al secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armen Grigoryan, como al representante especial del presidente de Azerbaiyán, Khalaf Khalafov , que no le agrada para nada el tema si Occidente se encarga de la seguridad del corredor.

«El corredor Zangezur es la base de la presencia de las fuerzas de la OTAN en el Cáucaso Meridional, lo que supone una amenaza para la seguridad nacional de los países de la región. La República Islámica está firmemente en contra», dijo asustado por el fantasma de Israel. Pero no criticó la idea del corredor.

En la misma tesis se desenvuelve Turquía. Hace unos días, el Ministro de Transporte turco, Abdulkadir Uraloglu , habló sobre la “inminente apertura del corredor Zangezur” y dijo que en meses estarán listas las obras desde el lado turco para unirse al Corredor Zangezur. También deslizó el tema de los guardias rusos.

¿Pero como lo lograrían?

Se sabe que Azerbaiyán ataca a Armenia cada vez que busca una negociación. Por ejemplo, hoy debía reunirse los dos países. Y hace tres días, el ejército azerbaiyano mató a un militar armenio e hirió a otros dos. Este es un mensaje de Bakú de que a pesar de la anexión de Nagorno Karabaj, no abandonó la estrategia de resolver los problemas con armas.

Hoy mas que nunca Azerbaiyán puede estar tentado a llevar a cabo un ataque militar en la región de Syunik para abrir por la fuerza el «Corredor Zangezur».

Según el escenario ruso-azerbaiyano, después de eso, Armenia debería pedir a Rusia que detenga la guerra. Como en el pasado. Bakú y Moscú pueden afirmar entonces que Armenia se negó a cumplir el anuncio del 9 de noviembre de proporcionar el «Corredor Zangezur» y que Bakú se vio obligado a «liberarlo» mediante la guerra.

El corredor Zangezur ya es una realidad. Todo indica que Turquía, Rusia, Irán y Azerbaiyán están de acuerdo que esta gran vía de transporte pase por Armenia y que Ereván reciba algún que otro beneficios aduanero. Pero el precio es que Rusia se encargue de la seguridad y de paso, de Armenia.

Y no es que Estados Unidos esté tan en desacuerdo. Occidente tiene claro que un corredor en manos de la dupla Turquía / Azerbaiyán es un collar de plomo en la nuca de Rusia. Pero no le agrada que sea Rusia quien lo controle, patrullándolo.

Y por increible que parezca, el que se interpone en todo este juego es la pro occidental Armenia de Pashinyan.

Hoy vemos que Armenia está bajo un ataque mediático ruso contra el gobierno de Pashinyan, con el apoyo de la Iglesia y espera que pronto se le una las fuerzas de seguridad.

Por su parte, Bakú demostró con la invasión a Karabaj que puede trabajar cómodamente con Moscú y que no tendría problemas con un gobierno más afín a Putín.

Todo indica que si Occidente quiere gas y petróleo, no debe meterse en la región. Pero si no se mete, perderá la única oportunidad de jugar sus cartas en el Cáucaso.

Written by Klaus Lange Hazarian

Director de SoyArmenio. Lic. en Comunicador social. Periodista y amante de la buena cocina ( y a veces de los peores libros)

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