🤝 Bakú y Ereván buscan resolver el destino de los desaparecidos. Armenia exige supervisión internacional y justicia humanitaria. #Armenia #Azerbaiyán #DerechosHumanos
En un foro internacional celebrado en Bakú, funcionarios azerbaiyanos manifestaron su esperanza de que el diálogo con Armenia ayude a esclarecer el destino de las personas desaparecidas de ambos lados del conflicto. Estas declaraciones se producen tras la firma del Declaración de Paz de Washington, rubricada el 8 de agosto, cuyo artículo 9 compromete a las partes a colaborar en la búsqueda de desaparecidos y víctimas de desaparición forzada.
El jefe del Servicio Estatal de Seguridad de Azerbaiyán, Ali Nagiyev, también presidente de la Comisión Estatal sobre Prisioneros de Guerra, Desaparecidos y Rehenes, declaró que las comunicaciones con la comisión armenia “continuarán con éxito y contribuirán a esclarecer el destino de los desaparecidos de ambos países”.
Durante la conferencia “Unir esfuerzos y ampliar la cooperación para resolver el problema de las personas desaparecidas”, Nagiyev subrayó que el documento firmado en Washington, junto con los primeros contactos bilaterales y los intercambios de información recientes, “inspiran nuevas esperanzas”.
En el mismo contexto, Gayane Abrahamyan, expresidenta del Centro Educativo por la Igualdad de Derechos y exdiputada del bloque Mi Paso, intervino en una sesión de la OSCE sobre derechos humanos, donde denunció que Azerbaiyán sigue reteniendo prisioneros armenios y no aborda el tema de los desaparecidos.
“Un Estado que busca una paz real no puede ignorar los problemas humanitarios. En ese sentido, la voluntad de paz de Azerbaiyán es cuestionable”, afirmó Abrahamyan, añadiendo que Armenia ha hecho todo lo posible para avanzar en la agenda de paz y firmar el documento del 8 de agosto.
El artículo 9 del Acuerdo de Paz entre Armenia y Azerbaiyán establece que las partes se comprometen a tratar los casos de desaparición forzada y de personas desaparecidas “mediante el intercambio de toda la información disponible y, si es necesario, con la cooperación de organizaciones internacionales”. También reconoce la importancia de la búsqueda de restos y de la investigación adecuada “como medio de reconciliación y fortalecimiento de la confianza”.
Sin embargo, el exdefensor del pueblo Arman Tatoyan considera que Bakú evita sus compromisos internacionales. Recordó el cierre de la oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja en Azerbaiyán y calificó de “peligroso” el hecho de que la intervención internacional quede sujeta a necesidad.
“Esto significa que Armenia y Azerbaiyán deben resolver el problema por su cuenta. Es extremadamente riesgoso desde la perspectiva de los derechos humanos. Cualquier acuerdo debería incluir un mecanismo claro bajo supervisión internacional”, advirtió Tatoyan.
Mientras se discuten los mecanismos formales, las familias de los desaparecidos siguen exigiendo respuestas. Han organizado protestas frente al Ministerio de Defensa, donde fueron recibidas por el jefe del Estado Mayor, Eduard Asryan, aunque sin resultados concretos.
“Los padres solo quieren saber la verdad: si sus hijos murieron o siguen vivos. Queremos mirar a los responsables a la cara y preguntar por qué ocurrió esto”, dijo uno de los familiares durante una manifestación.
El canciller Ararat Mirzoyan reiteró que el tema de los prisioneros y desaparecidos sigue en la agenda diplomática de cada reunión internacional. “No hablamos de ello todos los días, porque cada caso es doloroso. Pero seguimos trabajando y negociando, incluso si los resultados no siempre son inmediatos. Cuando una persona cautiva regresa a Armenia, todo el país lo sabe”, aseguró.
Según cifras oficiales, Armenia tiene registradas unas 1.200 personas desaparecidas, de las cuales 993 datan de los conflictos de los años 90 y 191 del período posterior a la guerra de 2020.
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