🚨 Suwayda ya no es periferia: es el campo de batalla clave entre Israel 🇮🇱 y Turquía 🇹🇷 por las rutas comerciales de Siria. 📦 Cada vía férrea es un frente. 💣 Una guerra de logística está en marcha. #Siria #Suwayda #Israel #Turquía #Corredores #Geopolítica #Neom #MedioOriente
La provincia drusa del sur de Siria se convierte en el campo de batalla estratégico de los proyectos rivales tras la caída del régimen de Assad
En el vacío de poder dejado tras la caída del régimen de Bashar al-Assad y la llegada al poder de Ahmad al-Sharaa (Abu Muhammad al-Julani) con el respaldo de Turquía, Siria se ha transformado en un tablero de disputa entre las nuevas visiones geoeconómicas regionales. En el centro de ese conflicto está Suwayda, una provincia de mayoría drusa que históricamente fue periférica, pero hoy se ha vuelto clave para el futuro del comercio euroasiático.
Dos corredores se disputan el futuro de Siria: el “Camino de Desarrollo” de Turquía, que conecta Basora con Europa a través de Ankara, y la “Línea de Paz” de Israel, que pretende vincular el Golfo Pérsico con el Mediterráneo a través de Jordania y el puerto de Haifa. Suwayda, ubicada entre ambos trazados, se ha convertido en el punto de inflamación de esta guerra de infraestructuras.
Para Ankara, Suwayda es esencial para consolidar su influencia sobre el flanco sur del Levante, extender su proyección hacia Líbano y garantizar su papel en el futuro de Siria. Para Tel Aviv, la región representa una amenaza directa a sus ambiciones de convertirse en eje logístico entre Asia y Europa sin depender de Turquía o Irán. De ahí que el choque entre ambos actores se haya desplazado desde los despachos diplomáticos hasta los campos de batalla geoeconómicos.
Aunque no hay una guerra abierta entre Israel y Turquía, ambos gestionan el conflicto mediante intermediarios, acuerdos encubiertos y operaciones indirectas, usando facciones armadas sirias como representantes en Suwayda. Según fuentes regionales, parte de estos entendimientos se negociaron en Bakú bajo auspicio turco, y contemplaron garantías mutuas de no agresión.
Frente al avance de estas agendas extranjeras, el liderazgo religioso druso de Suwayda emitió un mensaje firme: “El destino de la montaña se decidirá en la montaña misma.” Rechazaron que su región sea utilizada como pasillo para proyectos geopolíticos que ignoren su soberanía, y exigieron corredores directos con Jordania y el norte sirio bajo control de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF).
Lo que comenzó como una disputa en un puesto de control por la carga de un camión de vegetales desencadenó un enfrentamiento armado entre milicias drusas, fuerzas aliadas a Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y grupos armados apoyados por Turquía. En menos de una semana, más de 700 personas murieron, con participación indirecta de drones israelíes, unidades blindadas locales y grupos extremistas reactivados.
Washington apoya en público al nuevo régimen sirio, pero no le otorga libertad para moverse hacia el sur. El enviado especial Tom Barrett dijo que EE.UU. respalda la unidad territorial de Siria, pero advirtió contra acciones unilaterales. La pasividad estadounidense ha abierto espacio para que Turquía e Israel reconfiguren el mapa regional sin supervisión directa.
En esta disputa, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos no son meros espectadores. A través del megaproyecto Neom, Riad intenta rediseñar las rutas regionales, extendiendo líneas ferroviarias desde el Mar Rojo hasta Siria y Líbano. Israel ha propuesto que el corredor desde Eilat hasta Trípoli, vía Aqaba y Suwayda, sea la extensión terrestre de Neom, reforzando el “Corredor de David” y asegurando el dominio israelí sobre las rutas críticas del comercio global.
El entonces ministro israelí Israel Katz, en 2018, definió su proyecto como “ferrocarril de la paz”, pero lo cierto es que se trata de una estrategia para saltar el Estrecho de Hormuz y afianzar el rol regional de Israel. “Este proyecto no es solo transporte, es un puente económico y político”, dijo Katz en Omán. Pero la crítica en la región es clara: la paz es una fachada para la hegemonía logística.
La batalla por Suwayda no es religiosa ni nacionalista. Es una guerra entre corredores. Cada uno define quién controla el flujo de mercancías, energía e influencia en el nuevo orden sirio. El resultado definirá no solo el mapa de poder de Siria, sino las rutas que conectarán el Golfo con Europa en las próximas décadas.
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