Alen Simonyan acusa a Robert Kocharyan de actuar como “espía ruso” y alerta sobre una guerra híbrida impulsada por Moscú para desestabilizar Armenia. ¿Qué hay detrás de estas explosivas declaraciones?
El presidente de la Asamblea Nacional de Armenia, Alen Simonyan, lanzó duras acusaciones contra el exmandatario Robert Kocharyan, a quien vinculó directamente con la defensa de los intereses rusos dentro del país. En declaraciones recogidas por Armenpress, Simonyan sostuvo que Kocharyan actúa como una figura política subordinada a Moscú y “presta servicios únicamente en esa dirección”.
“Creo que Robert Kocharyan tiene la condición de espía ruso en la República de Armenia. Es una figura política que defiende los intereses rusos y presta servicios únicamente en ese sentido”, afirmó Simonyan ante periodistas en el Parlamento.
Simonyan defendió su derecho a emitir valoraciones políticas, subrayando que sus conclusiones se basan en las declaraciones públicas del propio Kocharyan y sus aliados. Según el presidente del Parlamento, muchas de esas intervenciones coinciden con el discurso del Kremlin:
“Cuando una declaración coincide perfectamente con las declaraciones rusas, cuando miembros de su facción pronuncian discursos que coinciden con las opiniones de la parte rusa, puedo sacar esas conclusiones”, explicó, haciendo referencia también al actual alcalde de Gyumri, quien ha expresado abiertamente su deseo de ver a Armenia en una unión política con Rusia y Bielorrusia.
Además, Simonyan advirtió sobre la existencia de una “guerra híbrida” impulsada desde el exterior, principalmente por Rusia, con el objetivo de desestabilizar políticamente a Armenia:
“Entiendo que se está gastando mucho dinero, incluso desde fuera, llega dinero del exterior, en particular, de nuestro vecino del norte. Se está librando una guerra híbrida contra Armenia, que se activa de vez en cuando.”
El presidente del Legislativo pronosticó que estos intentos de influencia extranjera se intensificarán de cara al año 2026, con el objetivo de fomentar protestas y cambios de gobierno a través de figuras locales ligadas a intereses rusos:
“Les advierto que para 2026 esto se volverá aún más activo y no temeré decir abiertamente que conducirá al resultado opuesto: la calificación del gobierno actual se duplicará, por lo que estaremos agradecidos.”
A pesar de sus acusaciones, Simonyan descartó la posibilidad de un golpe de Estado impulsado desde Moscú:
“No veo ninguna amenaza de golpe de Estado por parte de Rusia ni de nadie más, porque creo en el pueblo de la República de Armenia.”
Las declaraciones de Alen Simonyan se enmarcan en un contexto de creciente tensión política interna, donde el alineamiento geopolítico de Armenia —entre Rusia, Occidente y sus propios intereses regionales— genera divisiones tanto en el gobierno como en la oposición. El señalamiento directo contra Kocharyan, quien fue presidente de Armenia entre 1998 y 2008 y mantiene una postura crítica frente al actual gobierno, marca un nuevo punto álgido en esta polarización.
Como informara SoyArmenio.com, el trasfondo de estas declaraciones también refleja el distanciamiento progresivo de Ereván respecto a Moscú, y una apuesta por una política exterior más equilibrada, especialmente en el contexto de las negociaciones con Azerbaiyán y los acercamientos a la Unión Europea y a Estados Unidos.