La Rusia de Vladímir Putin busca reforzar su control sobre el espacio postsoviético. El Kremlin ha propuesto crear un nuevo formato, “CIS+”, según confirmó su asesor Yuri Ushakov a TASS. El anuncio llegó justo después de las llamadas de cumpleaños de Putin con todos los líderes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Ushakov explicó que el tema será debatido en la próxima cumbre de la CEI en Dusambé. “Se analizará la viabilidad de crear un formato ‘CIS+’”, señaló. Detrás del tecnicismo diplomático, Moscú busca atraer a los países que hoy orbitan fuera de su influencia directa, como Georgia o Moldavia.
Pero la propuesta llega en un momento delicado. En Chisináu, los partidos proeuropeos ganaron las elecciones parlamentarias, mientras que en Tiflis el gobierno georgiano critica abiertamente a Bruselas. “Europa debe ocuparse de sus propios problemas”, dijo el primer ministro georgiano Irakli Kobajidze, marcando distancia con la UE.

El fracaso silencioso del “mundo túrquico”
El mismo día, en Gabala, Azerbaiyán, concluyó sin resultados el cónclave de la Organización de Estados Túrquicos (OTS), impulsada por Recep Tayyip Erdoğan. Aunque la agencia estatal Anadolu había anunciado un documento final —la “Declaración de Gabala”—, el texto nunca se publicó. Ni siquiera hubo conferencia de prensa conjunta.
Horas después, el Kremlin comunicó que Putin había hablado por teléfono con todos los líderes de la CEI, incluidos los turcófonos reunidos en Gabala. La coincidencia temporal sugiere que Moscú quiso recordar quién sigue marcando el compás político en Eurasia.
La mayor sorpresa fue otra: una llamada directa entre Putin y Erdoğan. Según Moscú, el presidente turco informó a su homólogo ruso sobre sus “iniciativas para un alto el fuego en Gaza y la protección de los derechos del pueblo palestino”. En paralelo, aseguró su disposición a “apoyar por todos los medios una paz justa en Ucrania”.
Traducido al lenguaje diplomático: Erdoğan pidió respaldo ruso en Medio Oriente a cambio de neutralidad en Ucrania. El gesto encaja con la estrategia turca de equilibrio entre OTAN y Moscú.
El tablero se redibuja
El cruce de llamadas, reuniones y silencios refleja una tendencia clara: Rusia y Turquía coordinan sus movimientos mientras las estructuras regionales —CEI y Organización Túrquica— buscan redefinir sus roles. Azerbaiyán y las repúblicas de Asia Central parecen haber entendido el mensaje: la era de las alianzas unilaterales con Occidente se diluye.
¿Podría surgir un eje Moscú–Ankara como garante de un nuevo orden euroasiático? El intento de Putin de ampliar la CEI y el tropiezo diplomático de Erdoğan en Gabala podrían ser las dos caras del mismo guion geopolítico.
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