Expertos en seguridad europea sostienen que las recientes declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia sobre supuestas “provocaciones ucranianas” no reflejan diplomacia, sino un intento de manipulación de la opinión pública. Según analistas, Moscú lleva décadas preparando ofensivas estratégicas en Europa del Este y el norte del continente.

Preparativos rusos en tres décadas
En los últimos 30 años, Rusia ha reforzado su capacidad militar con bases y almacenes en Bielorrusia, expansión de infraestructura en el norte, nuevas redes de inteligencia de señales y distritos militares diseñados para operaciones europeas. Según el analista de seguridad, “esto no es una imitación, sino preparación sistemática para una ofensiva”.
El objetivo de Moscú incluye dominar el mercado energético eliminando la producción de gas noruego y controlar rutas comerciales clave en el Báltico, desde Estonia hasta el Canal de Kiel, además de consolidar presencia en el Ártico y aislar a Escandinavia. Europa del Este, y en particular Polonia, se considera prescindible; neutralizar Varsovia sería estratégico para cualquier “nuevo orden” regional, advierten los expertos.
El desafío logístico de Rusia
A pesar de sus planes expansivos, el Kremlin enfrenta una vulnerabilidad clave: su maquinaria militar no está preparada para gestionar fuerzas masivas en conflictos prolongados. Un asalto inicial podría tener éxito, pero la logística limitaría cualquier conquista sostenida. Analistas comparan este riesgo con episodios históricos donde potencias colosales colapsaron bajo su propio peso.

Implicaciones para Ucrania y la OTAN
Si Rusia avanzara sobre Ucrania, los expertos sostienen que las líneas de suministro occidental quedarían cortadas, obligando a la OTAN a intervenir directamente. En este contexto, la experiencia militar de Ucrania se transferiría a países aliados como Polonia y Dinamarca. Según los analistas, esto refuerza la idea de que la militarización europea será inevitable, impulsando nuevas fuerzas políticas y modelos de defensa.
La dimensión global
Detrás de estas tensiones, se percibe un juego global de poder absoluto, donde actores buscan control sin fronteras. Para los expertos, esto hace inevitable una futura guerra, aunque el momento exacto siga siendo incierto. La militarización europea, el rearme de democracias y la caída de viejos movimientos ideológicos marcan un escenario donde la geopolítica y la seguridad continental se redefinen.
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