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¿Qué es el “nuevo Oriente Medio” que se está planeando? Por Klaus Lange Hazarian

Irán, Israel y las potencias globales enfrentan un punto de quiebre geoestratégico

El corredor Mar Caspio Mar Negro, que conectará Asia Central con Europa, podría firmarse en 2025. Descubre su impacto geopolítico

No digo nada nuevo al afirmar que el “nuevo Oriente Medio” ya no es un concepto abstracto, sino una realidad en desarrollo marcada por guerras encubiertas, operaciones militares selectivas, crisis diplomáticas y una reconfiguración profunda del equilibrio de poder. Los últimos acontecimientos entre Irán e Israel, junto con la participación activa o pasiva de potencias como Estados Unidos, Francia, Reino Unido y la OTAN, ilustran un momento geopolítico sin precedentes que podría redibujar el mapa del Medio Oriente.

Un conflicto en expansión: ataques, represalias y amenazas cruzadas

El 14 de junio, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Nasser Kanani Baghai, afirmó que las conversaciones con Estados Unidos son “inútiles”, ya que, según dijo, “no se puede declarar disposición a negociar mientras se coordina con el régimen sionista (Israel) ataques contra el territorio iraní”.

La tensión ha alcanzado una nueva fase tras las declaraciones del representante iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, quien acusó a EE. UU. de proporcionar armamento, inteligencia y apoyo logístico a Israel. La Casa Blanca reconoció oficialmente que había asistido a Israel para interceptar misiles iraníes, un reconocimiento que acerca a ambas potencias a un choque más directo.

Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron afirmó que Francia no participó en ataques contra Irán, pero sí está dispuesta a proteger a Israel militarmente. La postura de la Comisión Europea fue en la misma línea, lo que revela un creciente consenso occidental que limita las salidas diplomáticas.

Netanyahu y Trump: la alianza táctica que acelera la confrontación

Los analistas señalan que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, busca prolongar el conflicto como estrategia para consolidar su poder interno y garantizar su seguridad personal, en un contexto de creciente presión legal y política.

Según el analista Hakob Badalyan, “una gran guerra regional podría ser la única garantía de longevidad política para Netanyahu”, mientras que su contraparte estadounidense, el presidente Donald Trump, podría ver dañada su credibilidad por implicar a EE.UU. en un conflicto que había prometido evitar.

Julien Barnes-Dacey, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, advirtió a Fox News que “muchos en Irán se sienten acorralados, los mecanismos de disuasión se han desmantelado y la única vía que consideran viable para protegerse es desarrollar armas nucleares”.

El temor de un cambio de régimen radical y la guerra como catalizador de transformación

De acuerdo con Chatham House, “el plan para un cambio de régimen en Irán es extremadamente arriesgado” y podría derivar en una teocracia aún más radical dispuesta a oficializar su programa nuclear.

nuevo Oriente Medio
El “nuevo Oriente Medio” toma forma entre ataques entre Irán e Israel, tensiones con EE.UU. y Francia, y el riesgo de una guerra regional

Sanam Vakil, directora del Programa de Medio Oriente y Norte de África del mismo instituto, indicó que la “unidad interna en Irán está debilitada” tras los asesinatos selectivos de altos mandos militares. “Ningún miembro de la élite político-militar iraní tiene garantías de seguridad personal”, remarcó.

Israel, por su parte, ha dejado claro que “los ataques continuarán el tiempo que sea necesario”, según fuentes de seguridad citadas por medios israelíes. El ministro de Defensa, Israel Katz, fue más explícito: “Hay que aplastar la cabeza de la serpiente”.

Neutralidad árabe, tensiones OTAN y la frontera del Cáucaso Sur

En paralelo a esta confrontación, el Cáucaso Sur comienza a figurar en los cálculos geoestratégicos como un espacio disputado entre potencias regionales y globales. Con Armenia alejándose de la esfera rusa, y con Irán y Turquía reconfigurando alianzas y rivalidades, el escenario se vuelve aún más complejo.

Mientras tanto, el mundo árabe se mantiene neutral, lo que representa un cambio significativo respecto a conflictos anteriores. Este silencio estratégico podría indicar una aceptación tácita del aislamiento iraní o una simple expectativa del desenlace.

A todo esto se suma la próxima cumbre de la OTAN en La Haya, que se celebrará con la presencia confirmada del presidente Trump. Allí podría definirse un nuevo esquema de seguridad regional, con implicaciones para el Cáucaso Sur, una región que se perfila como una extensión del “nuevo Oriente Medio”.

Mientras tanto, Turquía —miembro de la OTAN— ha comparado los bombardeos israelíes en Irán con los ataques en Gaza, marcando su propia línea roja.

Un orden emergente entre escombros y estrategias

La pregunta ya no es si habrá una guerra total, sino qué tipo de orden emergerá del caos actual. El “nuevo Oriente Medio” se está construyendo sobre alianzas flexibles, confrontaciones selectivas y una guerra de influencia constante.

Sea por disuasión nuclear, colapsos internos o reformas externas forzadas, lo cierto es que Oriente Medio está entrando en una fase de transformación estructural que determinará no solo el futuro de Irán e Israel, sino también el papel global de Estados Unidos, Europa y potencias regionales como Turquía y Arabia Saudita.

La pregunta ya no es si habrá un nuevo Oriente Medio, sino quién lo diseñará y con qué costos humanos y políticos.

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