La periodista del Servicio azerbaiyano de Voice of America, Ulviyya Ali (Guliyeva), reveló desde su celda del centro de detención preventiva de Bakú los abusos y amenazas a los que ha sido sometida desde su arresto el pasado 7 de mayo. En una carta entregada a través de su familia, denunció haber sido intimidada, amenazada con violación y presionada por las fuerzas de seguridad del régimen de Ilham Aliyev, actual presidente de Azerbaiyán.
Según relató el medio independiente Toplum Media, Ali fue obligada a entregar su contraseña de Telegram bajo coacción. Al negarse, exigió la presencia de un abogado, lo que provocó una reacción violenta por parte de los agentes. «Eres azerbaiyana. No actúes como una loca. No me hagas hablarte diferente», le dijo uno de ellos, según su testimonio. Ese mismo día, fue objeto de dos amenazas explícitas de violación por parte de la policía.
Como informara SoyArmenio.com, Ulviyya Ali señaló que aunque su cuenta de Telegram no contenía información sensible, los agentes continuaron con una campaña de humillación, intimidación y abuso psicológico. Esta situación, denunció, «refleja claramente la actitud de las autoridades azerbaiyanas hacia la libertad de expresión, la prensa independiente y sus propios ciudadanos».
El caso Meydan TV y la ofensiva contra los medios independientes
La periodista fue arrestada en el marco del caso penal contra el medio Meydan TV, uno de los más importantes referentes de periodismo crítico en Azerbaiyán. En los últimos meses, más de 25 periodistas han sido detenidos, y varios medios han sido allanados o clausurados por las autoridades, como denunció la Federación Internacional de Periodistas.
La represión no se limita a los arrestos. El activista y periodista exiliado Afgan Mukhtarli, quien fue secuestrado en 2017 en Georgia y trasladado por la fuerza a Azerbaiyán, criticó duramente a la comunidad internacional por guardar silencio ante lo que calificó como «campos de exterminio» para periodistas. «Más de 30 periodistas, incluidas 9 mujeres, están hoy encerrados en condiciones infrahumanas. El número de prisioneros políticos supera los 300», advirtió en sus redes sociales.
Mukhtarli también apuntó contra figuras europeas como Kaja Kallas, vicepresidenta de la Comisión Europea, quien recientemente se reunió con Aliyev en Tirana. «Mientras Kallas sonríe bajo el paraguas de Aliyev, en Bakú una periodista está siendo amenazada con violación», escribió Mukhtarli, resaltando la contradicción entre los gestos diplomáticos europeos y las sistemáticas violaciones a los derechos humanos en Azerbaiyán.
Silencio internacional ante la represión en Azerbaiyán

A pesar de las numerosas denuncias, el gobierno de Aliyev continúa recibiendo respaldo diplomático en escenarios internacionales. El contraste entre la cordial bienvenida que recibe el mandatario azerbaiyano en foros europeos y la brutalidad con la que se trata a periodistas en su país ha sido objeto de crecientes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.
Según Reporteros Sin Fronteras, Azerbaiyán figura entre los países con mayor censura y persecución contra la prensa. A través de métodos que van desde la presión financiera y judicial hasta la violencia física y psicológica, el régimen ha logrado acallar a casi todos los medios independientes.
El caso de Ulviyya Ali no es un hecho aislado, sino parte de una campaña sistemática de represión contra la prensa independiente en Azerbaiyán, con el objetivo de silenciar voces críticas y controlar el relato público. Su testimonio, junto con los de otros periodistas detenidos, subraya la urgencia de una respuesta firme por parte de la comunidad internacional y de organismos como la Unión Europea y el Consejo de Europa, que siguen manteniendo relaciones diplomáticas con un régimen acusado de graves abusos contra los derechos fundamentales.
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