El director ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, enfrenta fuertes críticas tras conocerse su participación en un taller organizado por NUFDI, el principal grupo de presión del movimiento monárquico iraní en Washington D.C. El evento, transmitido en línea, planteaba escenarios para privatizar la economía iraní tras un hipotético cambio de régimen.
Durante su intervención, Khosrowshahi manifestó: «Uber y prácticamente todas las grandes empresas tecnológicas considerarían a Irán un mercado muy importante… Entraríamos e invertiríamos agresivamente». Estas declaraciones han sido interpretadas como un intento de posicionarse comercialmente ante un eventual derrocamiento de la República Islámica.
Vínculos con Israel y agenda monárquica
NUFDI mantiene estrechos lazos con el gobierno israelí y think tanks como la Fundación para la Defensa de las Democracias. El grupo promueve el regreso de Reza Pahlavi, hijo del último Sha de Irán, como monarca constitucional. Esta postura genera rechazo entre muchos iraníes, especialmente por el apoyo abierto a Israel en contraste con la solidaridad popular con Palestina.
El asesor de NUFDI, Saeed Ghasseminejad, conocido por sus posturas anti-palestinas, acompañó a Pahlavi en una visita a Israel en 2023 donde se reunieron con el primer ministro Benjamin Netanyahu. Estas conexiones han levantado sospechas sobre los intereses geopolíticos detrás del grupo.
El legado familiar de Khosrowshahi
Shervin Pishevar, capitalista de riesgo y moderador del evento, destacó los vínculos históricos de Khosrowshahi con la élite prerrevolucionaria: «Su abuelo fue director financiero de un gigante farmacéutico durante la era del Sha». La familia Khosrowshahi forma parte de la diáspora iraní acaudalada en Occidente, con miembros en altos cargos corporativos y académicos.
Críticos señalan la ironía de que figuras educadas en exclusivas instituciones como la Hackley School (USD $44,000/año) y Brown University promuevan modelos para Irán, donde el sistema educativo público ha logrado altas tasas de alfabetización y participación femenina (60% del alumnado universitario).

Reacciones y perspectivas
El evento ha generado preocupación por la instrumentalización de empresas tecnológicas en escenarios de cambio de régimen, los conflictos de interés de ejecutivos con agendas políticas personales y el distanciamiento entre la oposición en el exilio y la realidad iraní
Analistas cuestionan qué tan representativos son estos grupos de los intereses populares en Irán, donde las sanciones occidentales han afectado principalmente a la población civil.
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