in , ,

Turquía baja el perfil del «Corredor de Zangezur» y sin mención refuerza su agenda de política exterior en Siria, Gaza y la UE

¿Una prioridad condicional o una carta archivada?

El Ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, destaca avances significativos en las negociaciones de paz entre Armenia y Azerbaiyán

En una entrevista televisada el 25 de julio en el canal NTV, el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, presentó las principales prioridades de la política exterior de Turquía, donde no hubo ni una sola mención al polémico «Corredor de Zangezur«, que busca conectar Azerbaiyán con Najichevan a través del sur de Armenia.

La omisión de una corredor por el “Gran Turan” (para los turcos), «Corredor de Syunik» (para los armenios) “Corredor de Meghri” (para los rusos) o «Corredor Trump» (para los EE.UU.) no pasó desapercibida, especialmente después de semanas de especulaciones mediáticas en Armenia, Azerbaiyán y Occidente sobre posibles presiones conjuntas de Turquía y Azerbaiyán para imponer dicho corredor bajo el disfraz de acuerdos regionales. La ausencia total de referencias al proyecto abre preguntas incómodas: ¿acaso Ankara ya no lo considera una prioridad? ¿O simplemente evita pronunciarse por razones tácticas?

Fidan: de Siria a Gaza, pero sin Syunik

Fidan estructuró su intervención en torno a seis ejes: la integridad territorial de Siria, la crisis en Gaza, la mediación en Ucrania, las relaciones con la Unión Europea, el rol en negociaciones Irán-Occidente y la estabilidad en los Balcanes. El supuesto corredor a través de Armenia no fue mencionado, ni siquiera tangencialmente.

“No preguntaron, no respondió”, se podría decir. Pero el silencio es también un mensaje. El Corredor de Zangezur, impulsado por Azerbaiyán y respaldado de forma ambigua por Turquía, se ha convertido en un tema delicado dentro del ajedrez geopolítico del Cáucaso Sur, en el cual Rusia, Irán, la Unión Europea y Estados Unidos también juegan piezas.

Turquía Corredor Zangezur política exterior
Turquía no hace ninguna mención del Corredor de Zangezur en su nueva agenda de política exterior. ¿Qué significa para Armenia?

¿Una prioridad condicional o una carta archivada?

La lectura más probable es que Ankara solo reactivará el proyecto si se alinean otros factores geopolíticos, como un eventual entendimiento con Irán, la desmovilización de Rusia en el Cáucaso o un apoyo más explícito de Occidente. Es decir, el “corredor” no desapareció del tablero, pero fue desplazado a un segundo plano.

Como sugiere el análisis posterior a la entrevista, Turquía parece condicionar su agenda territorial en el sur del Cáucaso al éxito que logre en frentes más urgentes, como Siria, Gaza o la integración con Europa. Esta estrategia refleja un enfoque más pragmático que ideológico, en contraste con la narrativa nacionalista que suelen agitar los medios progubernamentales.

¿Qué significa esto para Armenia?

Para Armenia, el mensaje es ambiguo pero potencialmente favorable. La falta de referencias al «Corredor Turaniano» indica que no es un objetivo inmediato para Ankara, al menos en el marco de sus prioridades diplomáticas oficiales. Esto podría dar al gobierno de Ereván margen para fortalecer alianzas regionales y frenar presiones bilaterales disfrazadas de propuestas económicas o logísticas.

Sin embargo, la amenaza no ha desaparecido. Si Turquía logra avances estratégicos con Irán, en Siria o en su acercamiento a la Unión Europea, podría reactivar el tema como moneda de cambio. También hay que tener en cuenta los planes de Donald Trump, cuya posible reelección y cercanía con Ankara podrían resucitar presiones externas sobre Armenia, bajo pretextos de reconciliación regional o desarrollo económico.

La doble cara diplomática de Turquía

Esta omisión deliberada confirma una tendencia creciente en la diplomacia turca: la duplicidad estratégica. Mientras en foros internacionales promueve la paz, la mediación y la estabilidad regional, en la práctica mantiene alianzas militares con Azerbaiyán, apoya a grupos islamistas en Siria y mantiene relaciones económicas estrechas con Irán, incluso bajo sanciones internacionales.

Armenia debe interpretar esta ambigüedad como una señal para reforzar su autonomía diplomática, diversificar sus alianzas y no confiar en las declaraciones públicas de Ankara. El silencio turco sobre el corredor no es una garantía, pero sí una oportunidad para posicionarse mejor ante futuros intentos de imposición territorial.

Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cómo la búsqueda del Paraíso Terrenal influyó en la cartografía de Armenia

La apuesta ciega de la Unión Europea según la BBC: gas de Azerbaiyán a cambio de silencio sobre Artsaj