El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia confirmó que el Acuerdo de Cooperación Estratégica Integral con Irán comenzó a regir este 2 de octubre, marcando una nueva etapa en la alianza entre Moscú y Teherán.
“El acuerdo refleja la decisión de los altos líderes políticos de Rusia e Irán de seguir fortaleciendo las relaciones amistosas y de buena vecindad, lo cual beneficia a los pueblos de ambos Estados”, señala el comunicado difundido por RIA Novosti.
Energía y gasoductos: el papel clave de Azerbaiyán
El pacto incluye disposiciones sobre la cooperación energética, donde Azerbaiyán juega un rol decisivo. Moscú busca enviar decenas de miles de millones de metros cúbicos de gas hacia Irán anualmente, pero la infraestructura actual resulta insuficiente.

Durante la era soviética existía un gasoducto entre Rusia e Irán a través de Azerbaiyán, aunque de capacidad limitada. El Kremlin plantea la construcción de un nuevo ducto en el mismo corredor.
Sin embargo, medios de Bakú advierten que el gobierno azerbaiyano “aún no ha tomado una decisión definitiva”. El viceprimer ministro Shahin Mustafayev viajó a Teherán hace dos semanas, donde fue recibido por el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, y se reunió con el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Larijani.
Sanciones, misiles y tensión militar
La entrada en vigor del acuerdo coincide con la reimposición de sanciones de la ONU contra Irán, lo que añade un componente de desafío directo a Occidente.
El canciller iraní, Abbas Araghchi, acusó a Estados Unidos de ser responsable del fracaso del acuerdo nuclear. En paralelo, medios israelíes informaron que Irán estaría restaurando bases de lanzamiento de misiles de largo alcance en provincias orientales.
La prensa oficial de Bakú incluso sugiere que “se está gestando una nueva guerra contra Irán”, en un contexto donde el eje Moscú–Teherán busca contrarrestar la presión internacional.
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