El pasado 8 de agosto de 2025, en la Casa Blanca y en presencia de Ilham Aliyev, el presidente estadounidense Donald Trump firmó un memorando que extiende la suspensión de la Resolución 907, norma que restringe la asistencia militar directa a Azerbaiyán.
En el documento oficial se aclara que esta medida “no obstaculizará los esfuerzos continuos por la paz entre Armenia y Azerbaiyán ni será utilizada con fines ofensivos contra Armenia”. Sin embargo, en los espacios informativos tanto armenios como azerbaiyanos, la prórroga fue presentada de manera errónea como la “cancelación” definitiva de la norma e incluso como un “triunfo diplomático sin precedentes” de Bakú.
Origen de la Resolución 907
La Resolución 907 fue adoptada en 1992 por el Congreso de Estados Unidos en el marco del Freedom Support Act. Su objetivo era prohibir la ayuda militar directa a Azerbaiyán mientras este no levantara el bloqueo y las acciones de fuerza contra Armenia y Nagorno Karabaj.
Este instrumento reflejaba la preocupación de Washington por las hostilidades en el Cáucaso Sur tras la disolución de la URSS.
El cambio tras el 11-S
La situación dio un giro en 2001, después de los atentados del 11 de septiembre. La “guerra global contra el terrorismo” llevó a Washington a buscar socios estratégicos en la región, incluyendo a Azerbaiyán, clave por su posición geopolítica y recursos energéticos.
En 2002, sin derogar la norma, el Congreso concedió al presidente de EE. UU. la facultad de suspenderla anualmente a través de un procedimiento denominado waiver.

Suspensiones casi permanentes
De acuerdo con FIP.am, desde 2002 hasta hoy todos los presidentes estadounidenses (Bush, Obama, Trump, Biden) han recurrido a esta herramienta, aplicando la suspensión en casi 20 ocasiones a lo largo de dos décadas.
Las únicas excepciones se dieron en 2023-2024, cuando el Congreso limitó temporalmente la potestad presidencial tras la ofensiva militar de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj y el posterior desplazamiento forzoso de la población armenia.
Trump no derogó la resolución
Pese a la narrativa mediática, es importante precisar que el presidente estadounidense no tiene la potestad de anular la Resolución 907. Solo puede suspenderla por un plazo máximo de un año. La facultad de derogarla recae únicamente en el Congreso de EE. UU., que hasta ahora nunca ha promovido tal iniciativa.
En palabras jurídicas, la suspensión es un mecanismo temporal y condicionado al contexto geopolítico. El Congreso, además, mantiene la capacidad de restringir o incluso retirar ese margen de acción al presidente, como ya ocurrió hace apenas dos años.
Una medida con límites claros
Aunque algunos sectores presentan la última decisión como un éxito rotundo de la diplomacia azerbaiyana, los hechos muestran que se trata de una práctica habitual en la política estadounidense hacia la región. La suspensión de la Resolución 907 no equivale a su cancelación ni constituye un precedente extraordinario, sino que responde a los intereses estratégicos de Washington, sujetos a revisión anual y al control legislativo del Congreso.
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