El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu pospone su visita a Azerbaiyán, programada para esta semana, debido a la «escalada de tensiones en Gaza y Siria», según informó su oficina.
«A la luz de los acontecimientos en la Franja de Gaza y Siria, así como de la apretada agenda política y de defensa, el primer ministro Netanyahu ha decidido posponer su visita a Azerbaiyán para una fecha posterior», declaró el comunicado, subrayando además el aprecio de Netanyahu por las “cálidas relaciones” con el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev.
Sin embargo, medios israelíes como Walla ofrecen una lectura distinta: la verdadera razón del aplazamiento sería la negativa de Turquía a permitir que el avión del primer ministro israelí cruzara su espacio aéreo, lo que habría obligado a buscar rutas alternativas con el doble de duración. La Oficina del Primer Ministro israelí no ha comentado esta versión, pero el contexto regional da fuerza a esta hipótesis.

Azerbaiyán refuerza vínculos con Siria mientras Israel enfrenta amenazas
Mientras Israel reorganiza su aparato militar —convocando a decenas de miles de reservistas y reubicando tropas de Cisjordania a Gaza y la frontera norte—, Azerbaiyán envió una delegación oficial a Siria, encabezada por el viceprimer ministro Samir Sharifov. El viaje, según AzerTaj, fue realizado por encargo directo de Ilham Aliyev y culminó con un mensaje escrito al presidente del Distrito Federal de Transición de Siria, Ahmed al-Sharaa, que incluía una invitación oficial a visitar Bakú.
Este giro diplomático no pasó desapercibido: la visita de Sharifov se concretó apenas un día después del anuncio de Netanyahu sobre la cancelación de su viaje a Azerbaiyán, lo que algunos analistas describen como una “visita de crisis” y un símbolo de solidaridad política entre Bakú y Damasco.
Erdogan, mediador clave y arquitecto de un nuevo eje regional
Como informara SoyArmenio.com, el trasfondo revela una estrategia más amplia: la influencia del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en la política regional. Según fuentes regionales, Erdogan no solo habría bloqueado el paso del avión de Netanyahu, sino que también habría facilitado la reunión entre Aliyev y Al-Sharaa durante el Foro Diplomático de Antalya. Esto se interpreta como un intento de legitimar internacionalmente a Al-Sharaa, cuya independencia ha sido cuestionada por Israel y otros actores.
La relación entre Turquía y Siria, en proceso de reconfiguración, parece ahora tener en Azerbaiyán un nuevo aliado en el proceso de reconstrucción y estabilización post-conflicto. En este contexto, la implicación de Bakú en proyectos económicos, educativos y culturales en Siria apunta a un reposicionamiento estratégico, posiblemente coordinado con Turquía, Rusia, Irán y los países del Golfo.
¿Una alianza contra el eje Jerusalén-Bakú?
Aunque aún no se puede hablar de un quiebre total entre Israel y Azerbaiyán, lo cierto es que una mayor cercanía entre Bakú y Damasco puede generar tensiones con Israel. En el plano simbólico y geopolítico, que Erdogan haya descalificado indirectamente a Aliyev como interlocutor preferencial de Israel constituye un mensaje de advertencia a Jerusalén: la cooperación con Bakú puede tener límites si contradice los intereses regionales de Ankara.
Así, Netanyahu se ve bloqueado por Turquía y eclipsado en el Cáucaso, mientras que Aliyev, lejos de quedarse aislado, se proyecta hacia nuevos escenarios en Medio Oriente, marcando su autonomía diplomática.
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