La ruta terrestre entre Bakú y Najicheván, que atraviesa territorio iraní, se convirtió en escenario de un nuevo foco de tensión geopolítica. Según informó el medio opositor a Irán GünAz TV, tres autobuses con unos 50 pasajeros azerbaiyanos fueron detenidos por las autoridades iraníes luego de cruzar el punto de control aduanero de Julfa, al norte del país.
Aunque la aduana permitió inicialmente su paso, los autobuses fueron interceptados y redirigidos a una mezquita cercana, donde los pasajeros fueron obligados a pernoctar bajo vigilancia. La orden oficial, según relataron algunos de los afectados, fue clara: no alejarse más de un kilómetro de la mezquita y abstenerse de regresar al punto de entrada.
“Si no nos dejaban pasar, ¿por qué nos dieron permiso para cruzar la aduana? Ahora nos tienen como rehenes. No podemos regresar a Bilasuvar, pero tampoco avanzar hacia Julfa”, declaró uno de los pasajeros anónimos, en testimonio recogido por el medio.
Irán exige autorización oficial de Bakú para liberar el paso
Funcionarios de aduanas iraníes habrían informado a los pasajeros que la reanudación del tránsito de autobuses solo será posible si Azerbaiyán presenta una solicitud oficial a Teherán, según los reportes difundidos. La parte iraní también habría amenazado a los pasajeros con consecuencias si revelaban detalles del incidente, lo cual refuerza la percepción de un acto político deliberado más que un contratiempo logístico.

Hasta el momento, ni las autoridades iraníes ni el gobierno azerbaiyano han emitido declaraciones oficiales sobre la detención de los autobuses.
Julfa: encrucijada geopolítica entre Irán, Azerbaiyán y Najicheván
La región de Julfa, situada en la frontera entre Irán y la república autónoma de Najicheván, se ha convertido en un punto neurálgico del creciente conflicto diplomático entre Teherán y Bakú. Irán ha mostrado preocupación por la creciente influencia turca y la retórica panturquista de Azerbaiyán, mientras que el gobierno de Ilham Aliyev acusa a Irán de interferencias y bloqueos encubiertos en sus rutas comerciales y energéticas.
Este nuevo incidente ocurre en paralelo a acusaciones cruzadas entre Irán y Azerbaiyán por sabotajes, espionaje y propaganda desestabilizadora, lo que eleva el riesgo de que el conflicto diplomático escale aún más en la región.
Silencio oficial, tensión latente
El hecho de que los pasajeros hayan sido obligados a permanecer en una mezquita y privados de movimiento ha sido calificado por analistas como un acto de presión diplomática encubierta, con posibles fines de represalia por recientes movimientos azerbaiyanos en el plano regional, incluyendo la construcción de corredores alternativos que excluyen a Irán, como el controvertido «Corredor de Zangezur».
Mientras tanto, la ausencia de una reacción oficial por parte de Bakú puede deberse a negociaciones diplomáticas en curso, o a un intento de evitar una escalada directa en vísperas de la firma del tratado de paz con Armenia.
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