Estados Unidos e Irán alcanzan un acuerdo preliminar en Roma para redactar un nuevo pacto nuclear. Omán celebra el avance diplomático, mientras Israel refuerza su oposición con advertencias directas.
Las conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos concluyeron este sábado en Roma con un acuerdo clave: establecer delegaciones técnicas para redactar un marco general que sustituya al Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), el pacto nuclear firmado en 2015 y abandonado por la administración Trump.
Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, ambas partes coincidieron en que “las conversaciones requieren un análisis técnico más profundo”, por lo que se enviarán equipos de expertos a Mascate, capital de Omán, el próximo miércoles. La tercera ronda de conversaciones se celebrará en la misma ciudad el próximo sábado.
El ministro iraní Abbas Araghchi calificó el ambiente como “positivo” pero advirtió que “el optimismo debe manejarse con cautela”, señalando que muchos en Teherán consideran que el acuerdo de 2015 “ya no es suficiente para Irán”.
Omán, que ha facilitado discretamente este canal diplomático desde hace meses, celebró los avances alcanzados. En un comunicado, su Ministerio de Asuntos Exteriores declaró que se está avanzando hacia un acuerdo “justo, permanente y vinculante” que garantice que Irán permanezca libre de armas nucleares, a cambio del levantamiento de sanciones y el reconocimiento del derecho de Teherán a desarrollar energía nuclear con fines pacíficos.
“El diálogo y una comunicación clara son la única manera de lograr un entendimiento creíble y confiable que beneficie a todas las partes”, afirmaron las autoridades omaníes.
El aparente progreso en Roma provocó una reacción inmediata por parte de Israel. Según el portal Axios, altos funcionarios israelíes, incluido el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, y el jefe del Mossad, David Barnea, se reunieron en París con el portavoz de la Casa Blanca, Steve Witkoff, en un intento por influir en la posición estadounidense.
El objetivo de la reunión fue advertir sobre los riesgos de un nuevo pacto con Teherán. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sido tajante: “No permitiré que Irán obtenga armas nucleares. No cederé ni un milímetro”.
Poco después del anuncio desde Roma, la televisión israelí difundió un mensaje grabado en el que Netanyahu reiteró su postura, dejando claro que su gobierno no descarta una acción militar unilateral contra instalaciones nucleares iraníes, incluso sin apoyo de Washington.
Desde la Casa Blanca, la línea oficial ha sido la de “evitar una escalada militar”. El portavoz Steve Witkoff, de regreso de París y camino a Roma, aseguró que la administración Trump “sigue comprometida con una solución diplomática” que detenga el programa de enriquecimiento de uranio iraní.
Pese a que el expresidente Trump había impuesto un plazo de dos meses para las conversaciones, recientemente declaró que “no tiene prisa por usar la fuerza” y cree que Irán “está listo para el diálogo”.
Las conversaciones continuarán en Omán, país que ha sido clave como mediador neutral en esta fase de acercamiento. Los expertos coinciden en que el acuerdo aún está lejos de concretarse, pero la decisión de establecer grupos de trabajo técnicos muestra que, por primera vez en años, Teherán y Washington están dispuestos a sentarse con una agenda compartida, aunque sea a través de terceros.
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