La Corte Suprema turca dictaminó esta semana que el estatus de la catedral cristiana Santa Sofía o Hagia Sophia en Estambul puede cambiarse por decreto presidencial.
Según informa Interfax citando la edición griega del Times, los jueces turcos creen que el decreto del primer presidente de Turquía, Mustafa Kemal Ataturk, de 1934, en el que otorgaba a la catedral el estatus de museo fue y sigue siendo legal, pero que el actual jefe de estado Recep Tayyip Erdogan tiene el mismo derecho de decidir si cambia o mantiene este estado.
Además, el jueves el Consejo de Estado turco consideró el tema del futuro de la catedral en una sesión escandalosa, ya que en tan solo 17 minutos cerraron una decisión secreta que harán publica en 15 días, según señala CNN.
Si la decisión considerada que es ilegal lo del gobierno en 1934, la decisión será anulada y la iglesia de Santa Sofía se convertirá en una mezquita.
A su vez, los medios de comunicación turcos sugieren que el primer servicio musulmán en Sofía podría tener lugar el 15 de julio, en el aniversario del fallido intento de golpe de estado en 2016.
¿Erdogan anularía el deseo de Mustafa Kemal Ataturk?
La discusión sobre el futuro Hagia Sophia en Estambul se desarrolló nuevamente después del 29 de mayo, en el aniversario de la caída de Constantinopla, en la que se leyó el Corán.
Una semana después, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se encargó de estudiar la posibilidad de convertir a Sofía en una mezquita.
Más tarde, el Ministro de Justicia Abdulhamit Gul pidió que la catedral se convirtiera en una mezquita nuevamente, y el Ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, también habló a favor de esto.
Representantes de las iglesias ortodoxas y diplomáticos de alto rango, incluido el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se manifestaron en contra de convertir a Sofía en una mezquita.
Cabe recordar que Aya Sofía, que sirvió como el templo principal del cristianismo durante casi 1000 años, fue convertida a mezquita por el sultán otomano Mehmet Fatih después de la conquista de Constantinopla, la capital de Bizancio, en 1453.
Durante casi cinco siglos, fue una de las principales mezquitas del primer Imperio Otomano.
Después de estar cerrado durante 4 años en 1930, se convirtió en un museo por iniciativa del fundador de la República de Turquía, Mustafa Kemal Ataturk.
Desde 1985, la catedral está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.