Congresistas de Estados Unidos exigen al secretario de Estado Marco Rubio que detenga la ayuda militar a Azerbaiyán, citando la limpieza étnica de Artsaj y la ocupación de territorios armenios.
Un total de 60 congresistas de Estados Unidos han solicitado al Secretario de Estado, Marco Rubio, que detenga de inmediato la ayuda militar a Azerbaiyán, invocando la Sección 907 de la Ley de Asistencia a la Libertad.
Los legisladores argumentan que Bakú ha llevado a cabo una limpieza étnica contra 120.000 armenios cristianos de Artsaj (Nagorno-Karabaj), ha ocupado territorios soberanos de Armenia y continúa deteniendo ilegalmente a prisioneros armenios.
Esta solicitud bipartidista está encabezada por los congresistas Mike Lawler, Frank Pallone, Gus Bilirakis y Gabe Amo, quienes denunciaron la política agresiva de Azerbaiyán y exigieron sanciones más estrictas.
“No podemos permitir que los contribuyentes estadounidenses subsidien a una dictadura corrupta y rica en petróleo como Azerbaiyán”, afirmó Aram Hambaryan, director del Comité Armenio-Estadounidense.
Los congresistas instan a Rubio a no eludir la Sección 907, como han hecho todas las administraciones estadounidenses desde 2001, excepto en 2024, cuando Joe Biden decidió aplicarla por primera vez.
Los legisladores advirtieron que la falta de medidas contra Azerbaiyán podría alentar nuevas agresiones y fortalecer a los rivales de Estados Unidos que buscan aprovecharse de la inacción de Washington. También señalaron los abusos a prisioneros de guerra armenios, la destrucción del patrimonio cultural cristiano y la negación del derecho al retorno de los desplazados de Artsaj.
El Comité Nacional Armenio de América ha lanzado una campaña nacional para presionar al Congreso, enviando más de 50.000 cartas y organizando reuniones con más de 400 oficinas legislativas.
Este nuevo esfuerzo se suma a la “Ley de Defensa de Armenia”, aprobada por unanimidad en el Senado en 2023 y copatrocinada por Marco Rubio y Gary Peters.
La decisión de suspender o continuar la ayuda militar a Azerbaiyán ahora recae en el Departamento de Estado, mientras crece la presión en el Congreso para que EE. UU. adopte una postura más firme en el Cáucaso Sur.
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