El 16 de enero de 2024, dos exdiputados del Bundestag alemán, Axel Fischer y Eduard Lintner, comparecerán ante el Tribunal Regional Superior de Múnich, acusados de recibir sobornos relacionados con Azerbaiyán. Este proceso judicial pone en el centro de la controversia la corrupción y la influencia extranjera en la política europea, destacando la presunta manipulación de decisiones en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) a favor de Azerbaiyán.
El caso azerbaiyano: acusaciones de soborno y corrupción
Axel Fischer y Eduard Lintner, quienes trabajaron en PACE desde 2010, están siendo investigados por recibir sumas de dinero para respaldar los intereses de Azerbaiyán dentro de las instituciones europeas. Según las autoridades alemanas, Lintner habría canalizado millones de euros a través de empresas ficticias, destinando una parte de estos fondos a otros miembros de PACE con el objetivo de influir en la toma de decisiones. Fischer, por su parte, habría recibido un soborno de 21.800 euros a cambio de transferir documentos confidenciales y emitir discursos favorables a Azerbaiyán.
En declaraciones a medios alemanes, Lintner calificó las acusaciones como «un completo disparate», subrayando que su actividad como cabildero buscaba el reconocimiento internacional de Nagorno-Karabaj como territorio de Azerbaiyán. Fischer, por su parte, rechazó las acusaciones y calificó los cargos de «infundados».
La diplomacia del caviar y la influencia extranjera
El llamado «caso azerbaiyano» ha sido descrito por algunos medios como un ejemplo de «diplomacia del caviar», un término que hace referencia a la utilización de sobornos y pagos clandestinos para asegurar favores políticos en el ámbito internacional. Las investigaciones apuntan a que los sobornos no solo involucraron a los exdiputados, sino que también se extendieron a otros miembros de PACE, quienes habrían recibido dinero para proteger los intereses de Azerbaiyán en Europa.
La corrupción en las instituciones europeas ha generado preocupación en diversos sectores políticos, quienes ven en este caso una manifestación de la creciente influencia de potencias extranjeras sobre las decisiones del Consejo de Europa. A pesar de las acusaciones, los exdiputados defienden su actuación como parte de un lobby legítimo, asegurando que sus esfuerzos buscaban únicamente respaldar los intereses de Azerbaiyán dentro del marco legal.

Un proceso judicial de alta relevancia
El juicio, que se celebrará en Múnich, promete arrojar luz sobre la profundidad de las conexiones entre Azerbaiyán y algunos actores políticos dentro de las instituciones europeas. La acusación de soborno contra Fischer y Lintner subraya la creciente preocupación sobre la integridad de los procesos democráticos en Europa y la transparencia en las relaciones internacionales.
El Tribunal Regional Superior de Múnich se encuentra en el centro de un caso que podría sentar un precedente importante sobre la lucha contra la corrupción y la influencia extranjera en las políticas del continente. A pesar de las declaraciones de inocencia de los acusados, la investigación sigue adelante, con la posibilidad de que se revelen nuevos detalles sobre cómo se llevó a cabo la manipulación de decisiones dentro de PACE.
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