El ex ministro de Estado de Nagorno-Karabaj, Ruben Vardanyan, ha iniciado nuevamente una huelga de hambre en protesta por lo que califica como una “farsa judicial” en el proceso penal en su contra, llevado a cabo en un tribunal militar de Bakú. La medida extrema busca denunciar las graves violaciones al derecho internacional y la ausencia de un juicio justo.
En un mensaje transmitido por sus familiares, Vardanyan declaró:
“Lo que ocurre en el tribunal no puede considerarse un procedimiento judicial. Es un espectáculo político que ignora de manera manifiesta mis derechos a un juicio justo.”
El empresario y filántropo armenio sostiene que su proceso está viciado desde el inicio, enfrentando acusaciones por crímenes de guerra y terrorismo sin acceso completo al expediente ni la posibilidad de defensa adecuada.

Un proceso judicial bajo fuertes críticas internacionales
El juicio contra Vardanyan comenzó en enero de 2025 en un tribunal militar, pese a que, según las normativas internacionales, debería ser juzgado por un tribunal civil. El caso penal consta de 422 volúmenes, redactados íntegramente en azerbaiyano, y el acusado tuvo apenas 21 días hábiles para revisarlos.
Vardanyan también denunció las condiciones inhumanas de su detención, desde el aislamiento total de su equipo legal y la privación de sueño mediante luces encendidas las 24 horas. además, denunció que sufrió periodos prolongados sin acceso a agua potable y restricciones al contacto con el exterior y limitación de artículos básicos.
Su abogado estadounidense, Jared Genser, reveló que nunca se le permitió visitar a su cliente y que Vardanyan fue sometido a presiones psicológicas durante su primera huelga de hambre en 2024.
“Esta es una justicia de imitación, una herramienta de represión política contra los armenios que defendieron Artsaj”, afirmó Vardanyan.
Un juicio con implicaciones geopolíticas
El caso de Ruben Vardanyan no es aislado. Junto a él, otros líderes políticos y militares de Nagorno-Karabaj también enfrentan juicios similares Arkady Ghukasyan (expresidente de Karabaj), Bako Sahakyan (expresidente de Karabaj), Arayik Harutyunyan (expresidente de Karabaj), David Babayan (exministro de Asuntos Exteriores) y Levon Mnatsakanyan (exministro de Defensa)
En total, al menos 23 armenios se encuentran detenidos en cárceles azerbaiyanas, incluidos exfuncionarios y militares. La mayoría de ellos enfrentan cargos por crímenes de guerra y terrorismo, con penas que podrían llegar a la cadena perpetua.
Las acusaciones incluyen cifras controversiales, como la muerte de más de 18.000 azerbaiyanos entre 1988 y 2024, sin que hasta el momento se hayan presentado pruebas concluyentes.
El gobierno armenio, por su parte, ha calificado el juicio de “teatral” y ha expresado preocupación por el uso de métodos prohibidos para obtener confesiones. Sin embargo, hasta la fecha, Ereván no ha emitido una declaración oficial sobre las nuevas acusaciones.

¿Qué hay detrás de la huelga de hambre?
Para Vardanyan, su protesta va más allá de su situación personal. Denuncia que su juicio es un mensaje político de Azerbaiyán contra todos los armenios que han apoyado la causa de Nagorno-Karabaj.
“Esto no es solo un juicio contra mí, sino un golpe dirigido a toda una nación”, afirmó Vardanyan en su comunicado.
Su huelga de hambre también pone presión sobre las organizaciones internacionales de derechos humanos, que han sido criticadas por su falta de acción ante las violaciones del debido proceso en Bakú.
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