Bakú acusa a los exlíderes de Artsaj de reclutar mercenarios y reasentar a armenios de la diáspora en Nagorno-Karabaj. ¿Qué impacto tendrá este juicio?
La Fiscalía de Azerbaiyán acusa a los líderes políticos y militares de Artsaj de reclutar “mercenarios” y de reasentar a armenios de la diáspora en Nagorno-Karabaj, una estrategia que, según el régimen de Bakú, tenía como objetivo consolidar el control armenio en el territorio disputado.
El fiscal general adjunto de Azerbaiyán, Tugay Rahimli, presentó datos que supuestamente prueban la existencia de un plan para el reclutamiento de combatientes extranjeros y el financiamiento de actividades terroristas. Según la acusación, más de 23.000 personas de etnia armenia habrían sido trasladadas a Karabaj entre 1994 y 2020, incluyendo miembros de ASALA, una organización que ha estado inactiva por décadas.
Además, la Fiscalía acusa a la unidad Panteras Negras de VOMA de entrenar a estos combatientes y ha presentado cargos contra el partido Dashnaktsutyun, una fuerza política de gran relevancia en la historia armenia.
En la lista de imputaciones también se incluyen actividades económicas ilegales en Nagorno-Karabaj desde 1992 hasta 2023, relacionadas con la explotación de recursos naturales, la minería, la agricultura y la generación de energía hidroeléctrica. Se menciona específicamente a la empresa Frank Müller, la producción de caviar y las operaciones del Artsakhbank CJSC, acusadas de haber generado beneficios ilegales.
El juicio, que continuará el 18 de febrero, involucra a 15 altos funcionarios de Artsaj, entre ellos:
El caso de Ruben Vardanyan, exdirigente de Artsaj, se está tratando por separado. Enfrenta 45 nuevos cargos bajo 20 artículos del Código Penal de Azerbaiyán y podría ser condenado a cadena perpetua.
Las acusaciones de Bakú se enmarcan en un proceso de represión sistemática contra los exlíderes de Nagorno-Karabaj, tras la ofensiva militar de Azerbaiyán en septiembre de 2023, que puso fin a la existencia de la República de Artsaj. Desde entonces, cientos de miles de armenios han huido de la región, temiendo persecuciones y represalias.
El juicio a los líderes de Artsaj es visto por Ereván y por la diáspora armenia como un intento de criminalizar la lucha de los karabajíes por la autodeterminación y como un acto de venganza política por parte del gobierno de Ilham Aliyev.
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