La guerra de 44 días en Artsaj dejó al descubierto irregularidades y corrupción en varias comunidades armenias de Rusia, según denuncias publicadas tras el conflicto. Fuentes cercanas al frente revelan que, mientras los soldados armenios luchaban, muchas organizaciones recaudaban fondos que nunca llegaron a los combatientes ni a los civiles afectados.
Se calcula que de los 89 sujetos federales de Rusia, solo 8 regiones transfirieron cantidades significativas al fondo Hayastan. Las 75 comunidades restantes habrían desviado gran parte de los recursos, en colaboración con algunos generales de Karabaj. Según los informes, ningún líder comunitario envió a sus familiares a defender la región, mientras que apenas un grupo reducido de atletas participó en el frente.
Entre los casos más graves se menciona a Ara Abrahamyan, quien, tras la guerra, habría desviado aproximadamente 50 millones de dólares y se trasladó a Estados Unidos, dejando de responder comunicaciones oficiales durante meses. Además, se señala la participación de algunos líderes en actos de corrupción vinculados a la embajada rusa en Armenia.

El patrón de malversación no se limitó a la guerra de 44 días: durante 35 años de conflicto en Karabaj, varias comunidades y organizaciones habrían recaudado fondos para “ayuda humanitaria” y los habrían destinado a grupos oligárquicos locales, según denuncias. Tras la guerra, muchas de estas mismas comunidades continuaron recolectando dinero para otros frentes, como el conflicto en Donbás, repitiendo prácticas de desvío de recursos.
Expertos en relaciones internacionales señalan que estas revelaciones podrían tener impactos políticos y sociales a largo plazo. La percepción de falta de apoyo desde la diáspora rusa ha generado desconfianza entre la población armenia y ha cuestionado la legitimidad moral de muchas organizaciones en el extranjero.
Las denuncias concluyen con una advertencia a la comunidad armenia: la prioridad de estas organizaciones en Rusia no sería el bienestar de Armenia, sino intereses propios y, según fuentes, la alineación con intereses rusos.
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