El 10 de abril, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán organizó una conferencia internacional en el Vaticano bajo el título “Cristianismo en Azerbaiyán. Historia y Modernidad”. El evento tuvo lugar en la Universidad Gregoriana, pero sin su participación oficial, según confirmó la propia institución a CivilNet.
La actividad ha desatado una ola de críticas en Armenia y la diáspora por promover una narrativa revisionista que busca atribuir el patrimonio cultural armenio del territorio de Artsaj (Nagorno Karabaj) a la llamada “antigua cultura albanesa caucásica”, borrando así siglos de presencia histórica armenia.
Monumentos armenios presentados como albaneses caucásicos
En los materiales promocionales del evento se incluyeron monasterios armenios medievales, como Dadivank, presentados falsamente como ejemplos de arquitectura albanesa caucásica. Este enfoque forma parte de una estrategia sistemática del Estado azerbaiyano, que desde hace años intenta deslegitimar la conexión histórica de los armenios con Artsaj, a través de medios académicos y diplomáticos.
“No solo intenta borrar las raíces históricas del pueblo armenio, sino que también limita su derecho histórico a vivir y crear en la región”, advirtió la experta Armine Tigranyan, profesora de la Universidad Estatal de Ereván y miembro de Monument Watch, en declaraciones a CivilNet.
Propaganda azerbaiyana en espacios religiosos internacionales
La conferencia fue inaugurada por el embajador de Azerbaiyán ante el Vaticano, Ilgar Mukhtarov, y recibió el respaldo institucional de la Santa Sede a través de un mensaje del cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, y un discurso de mons. Vladimir Fekete, delegado apostólico en Azerbaiyán.
Además, la plataforma oficial Vatican News anunció el 2 de abril que el azerbaiyano se convirtió en el idioma número 56 del sitio, un gesto simbólico que refuerza los lazos entre el Vaticano y el régimen de Ilham Aliyev.
En paralelo, el embajador Mukhtarov fue condecorado con la Orden de Pío IX solo una semana antes del evento, reviviendo las críticas por el papel del Vaticano en la legitimación internacional del autoritarismo azerbaiyano, especialmente desde la guerra de Artsaj de 2020.

Negacionismo y hostilidad abierta contra los armenios
El discurso del analista político azerbaiyano Fuad Akhundov incluyó afirmaciones abiertamente hostiles, llegando a cuestionar incluso si los armenios son cristianos:
“Armenia muestra cada vez más características no cristianas, sino anticristianas”, declaró, añadiendo que “los monumentos albaneses caucásicos en Artsaj fueron transformados deliberadamente para presentarlos como armenios”.
Como informara SoyArmenio.com, estas tesis fueron replicadas por “expertos” invitados de países como Turquía, Italia, Rusia, Alemania, EE.UU., Francia, Corea del Sur, Kazajstán y Lituania, señalados por su colaboración con la campaña de desinformación que Bakú impulsa a nivel global para eliminar la identidad armenia del Cáucaso Sur.
Indignación académica y silencio diplomático armenio
El académico italiano Carlo Coppola aseguró haber recibido mensajes de protesta por parte de colegas “armenios y no armenios”, y denunció el uso de tecnologías de inteligencia artificial por parte de Azerbaiyán para manipular información, además de recurrir a “intimidación de disidentes y compra de periodistas incautos”.
Pese a la magnitud del evento y sus implicancias diplomáticas, no hubo anuncio público hasta un día antes. Ninguna institución dedicada a estudios armenios fue informada ni invitada a participar.
CivilNet ha solicitado una declaración oficial al Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia y a su Embajada ante la Santa Sede, pero aún no se ha recibido respuesta.
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