in ,

Nuevo libro sobre Zorats Karer: el observatorio rupestre de Armenia que podría tener más de 30.000 años de antigüedad

Nueva investigación astronómica plantea que el monumento fue usado para observar estrellas miles de años antes de Stonehenge

Zorats Karer, el megalito armenio, podría haber funcionado como observatorio rupestre astronómico hace 30.000 años, según un nuevo libro

El monumental complejo rupestre Zorats Karer, también conocido como «Karahunj«, situado en la región de Syunik, al sur de Armenia, podría haber comenzado a funcionar como observatorio astronómico ya en el trigésimo milenio a. C.. Así lo afirma el cirujano vascular y astrónomo Hayk Malkhasyan, director del Departamento de Astronomía Histórica y Cultural del Observatorio Byurakan, quien acaba de publicar el libro «El Observatorio Rupestre de Armenia: Zorats Karer. Descripción astronómica y guía turística».

“El objetivo era que cualquiera pudiera subirse a la piedra donde la gente observaba hace 10 mil años y ver con sus propios ojos cómo funcionaba”, explicó Malkhasyan en entrevista con Hetq. El folleto, pensado como una guía accesible para el público general, ofrece rutas detalladas dentro del complejo para identificar qué cuerpos celestes podían observarse desde cada alineación pétrea.

La conexión entre cielo, muerte y calendario

Durante décadas, Zorats Karer fue objeto de disputas entre arqueólogos, astrónomos y escépticos que lo consideraban solo un complejo funerario. Pero Malkhasyan aclara que en las culturas antiguas, la observación astronómica estaba íntimamente ligada a los rituales de la vida y la muerte. “El ocaso se consideraba la muerte, el amanecer la vida o la resurrección”, explicó. Por eso, una tumba orientada hacia las luminarias no contradice, sino confirma su uso como observatorio.

Con más de 220 piedras, muchas de las cuales contienen perforaciones y ranuras perfectamente alineadas, Malkhasyan asegura que es posible determinar qué estrella pasaba por cuál piedra y en qué milenio. Solo se estudian las que se mantienen en posición vertical. Los cálculos astronómicos han sido validados por técnicas modernas como la medición láser 3D y comparación celeste computacional.

La constelación Angh y la cronología de 30 mil años

Uno de los hallazgos más notables es la coincidencia exacta entre la disposición de algunas piedras y el contorno de la constelación de Angh (Cisne), documentada por el matemático Vachagan Vahradyan. “Mediante métodos astronómicos, calculamos que esa coincidencia se dio entre los años 31.000 y 30.000 a. C.”, afirma Malkhasyan.

Si bien aún no existe una excavación arqueológica completa del sitio, los cálculos astronómicos y la orientación ritual permiten afirmar, según el experto, que el lugar tuvo un uso continuo hasta la creación del calendario armenio en el tercer milenio a. C..

Un espejo del cielo en la Tierra

Zorats Karer no es un caso aislado. Forma parte de una red de estructuras rupestres y calendáricas que Malkhasyan y su equipo vinculan con elementos del folclore armenio, la epopeya Sasna Tsrer, los patrones de cerámica de la Edad del Bronce y hasta collares excavados en Gegharot, donde se descubrieron secuencias que remiten a estructuras de calendario.

“En la antigüedad, había una regla importante: todo lo que está en el cielo también debe estar en la Tierra”, explica el investigador. En esa cosmovisión, las estrellas eran dioses, y su movimiento dictaba la vida cotidiana, las cosechas, las migraciones y los rituales.

Zorats Karer observatorio rupestre Armenia
Zorats Karer, el megalito armenio, podría haber funcionado como observatorio rupestre astronómico hace 30.000 años, según un nuevo libro

¿El Stonehenge armenio? Mucho más antiguo y complejo

Aunque a menudo se compara Zorats Karer con Stonehenge, Malkhasyan sostiene que su complejo estudio muestra múltiples capas funcionales: ritual, astronómica, cultural y calendárica, lo que lo convierte en un sistema mucho más completo y antiguo.

A pesar de los avances, el investigador afirma que la exploración de Zorats Karer apenas comienza. El equipo ha hecho una pausa temporal para estudiar conexiones con otros sitios como Portasar (Göbekli Tepe), en Armenia Occidental, cuya iconografía animal también está profundamente enraizada en el folclore armenio y puede ayudar a descifrar significados calendáricos aún ocultos.

Una cosmovisión codificada en el folclore

Para Malkhasyan, las supersticiones populares son, en realidad, fragmentos distorsionados de una antigua cosmología astronómica. “Por ejemplo, cuando se dice que no se debe matar a una araña en casa, es porque la araña fue una diosa importante. Nuestro folclore es el lenguaje astronómico que hemos olvidado”, concluye.

La presentación oficial del libro se realizará el 30 de julio en el Museo Nacional-Instituto de Arquitectura de Tamanyan, en Ereván.

Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Exportaciones en crisis: el brandy armenio perderá dos tercios de su volumen en Rusia

Ereván inmortaliza a Charles Aznavour con un monumento en su plaza homónima