El encuentro en Washington entre Donald Trump, Nikol Pashinyan e Ilham Aliyev marcó un cambio decisivo en el proceso de paz del Cáucaso Sur. Aunque los medios de Bakú celebraron los acuerdos como un triunfo, analistas en Ereván sostienen que Azerbaiyán no solo ganó, también hizo concesiones a Armenia.
Azerbaiyán retrocede en dos frentes clave
El politólogo Narek Minasyan señaló que Bakú renunció al uso de la fuerza contra Armenia y abandonó la exigencia de un corredor extraterritorial por Syunik, conocido como el “corredor de Zangezur”. Según él, esta postura representa un retroceso respecto a demandas que Azerbaiyán sostuvo durante años.
“El abandono de la retórica de amenazas cambia el tablero regional. El acuerdo de Washington abre un margen real para la paz, aunque su cumplimiento aún está por verse”, dijo Minasyan a JAMnews.

La “Ruta Trump” consolida soberanía armenia
Uno de los puntos más discutidos fue la apertura de un nuevo paso de transporte llamado “Trump Route for International Peace and Prosperity” (TRIPP). La gestión quedará en manos de una empresa armenio-estadounidense, con Ereván a cargo de aduanas y fronteras. De esta forma, Armenia garantiza control total y propiedad de su territorio, disipando temores sobre pérdida de soberanía.
El rol de Estados Unidos en el equilibrio regional
La administración Trump ofreció incentivos a ambas partes. Armenia y EE.UU. firmaron memorandos sobre inteligencia artificial, energía y el proyecto Crossroads of Peace. En paralelo, Trump firmó la suspensión temporal de la Sección 907, que desde 1992 limitaba la ayuda a Azerbaiyán.
“Rechazar el paquete de Washington habría sido un riesgo para ambos países. EE.UU. les dio incentivos y también presión política para aceptar”, explicó Minasyan.
Aliyev en la Casa Blanca y el simbolismo político
El presidente azerbaiyano obtuvo un dividendo político interno con su visita a la Casa Blanca. Para Minasyan, la recepción en Washington reforzó la figura de Aliyev, pero también lo obligó a aceptar compromisos que limitan su retórica belicista.
“Bakú entregó una de sus cartas más fuertes: la amenaza de la fuerza. En el corto plazo, esto reduce las posibilidades de nuevas escaladas fronterizas”, agregó el analista.
Una oportunidad frágil para la paz
Los acuerdos en Washington generan esperanza de una paz duradera, pero todo dependerá de la sinceridad de Azerbaiyán en cumplir lo firmado y de la consistencia de Estados Unidos como garante. “La región sigue siendo inestable. Pero Armenia ganó tiempo para reforzar su seguridad y transformar esta tregua en una paz real”, concluyó Minasyan.
Comments