Anoche se cumplieron tres años del inicio de la agresión militar del régimen de Azerbaiyán contra el territorio soberano de Armenia. El 13 de septiembre de 2022, unidades azerbaiyanas atacaron posiciones armenias en Goris, Kapan, Sotk, Jermuk, Artanish e Ishkhanasar, causando la muerte de 224 personas y desplazamientos masivos.
Contexto de la agresión
Casi dos años después de la ofensiva contra Artsaj, Aliyev aprovechó que el mundo estaba ocupado con la guerra de Putin en Ucrania para iniciar lo que llamó una “pequeña guerra victoriosa” contra Armenia.
El conflicto se desarrolló en un contexto político crítico: la OTSC y Rusia, supuestos aliados de Ereván, no respondieron de manera efectiva. Sus excusas —“frontera no definida” o “misión de evaluación”— evidenciaron una connivencia con Bakú.

La respuesta de la OTSC y Rusia
El gobierno armenio solicitó apoyo a la OTSC y a Rusia. Sin embargo, solo se envió una misión de evaluación y no se desplegaron tropas. Para muchos armenios, fue otra señal de complicidad rusa con Azerbaiyán.
Un giro en la política exterior de Armenia
La inacción de Moscú obligó a Armenia a buscar nuevos aliados. Desde 2022, Ereván firmó acuerdos militares con India y Francia, adquiriendo sistemas de artillería y defensa aérea. Además, la Unión Europea desplegó observadores en Syunik y Gegharkunik para monitorear la seguridad fronteriza.
Tres años después, la ocupación continúa
En septiembre de 2025, las tropas azerbaiyanas aún ocupan territorios armenios. Organismos internacionales y gobiernos como Estados Unidos, Francia y el Parlamento Europeo exigen su retirada inmediata. Comunidades fronterizas continúan bajo amenaza, y muchas familias siguen desplazadas. Armenia, por su parte, fortaleció su gasto militar y sus defensas para prevenir nuevas agresiones.
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