La cadena de detenciones contra figuras clave del Grupo Tashir, conglomerado empresarial liderado por el oligarca armenio-ruso Samvel Karapetyan, sumó un nuevo capítulo esta semana. El director de Tashir Pizza LLC, Vaginak Ghazaryan, fue arrestado en Armenia bajo cargos de evasión fiscal agravada, informó este viernes el portavoz del Comité de Investigación de la República, Kim Avdalyan.
Según detalló el funcionario, se abrió un proceso penal en virtud del artículo 290, parte 3, párrafos 1.2 del Código Penal de Armenia, que contempla sanciones por el no pago de impuestos en montos especialmente grandes, en concertación con un grupo organizado. Ghazaryan permanecerá detenido al menos durante un mes en prisión preventiva, mientras avanza la investigación.
Este arresto se produce apenas tres semanas después de la detención del propio Samvel Karapetyan, el 18 de junio, bajo acusaciones de llamamientos públicos al derrocamiento del gobierno. La Fiscalía considera que su discurso en respaldo a la Iglesia Apostólica Armenia —en un contexto de fuerte tensión entre el Ejecutivo de Nikol Pashinyan y el Catholicós Garegin II— constituye una incitación política sediciosa.
Una ofensiva con múltiples frentes
La redada judicial contra el Grupo Tashir, uno de los principales conglomerados empresariales del país, no se limita a Karapetyan y Ghazaryan. Durante el mes de junio, al menos 30 sucursales de Tashir Pizza en todo el país fueron objeto de inspecciones sorpresa por parte del Servicio de Seguridad Alimentaria de Armenia. En varias de ellas se detectaron violaciones sanitarias y algunas instalaciones fueron cerradas temporalmente.
El Grupo Tashir —dueño, además de la red de pizzerías, de importantes activos en infraestructura energética, comercio, construcción y medios de comunicación— está siendo gradualmente estrangulado por decisiones administrativas, fiscales y judiciales que, para muchos observadores, superan con creces el marco de una investigación penal ordinaria.

Apoyo de la FRA de EE. UU. y reacción oficialista
La detención de Samvel Karapetyan ha generado una oleada de solidaridad desde la diáspora armenia de Rusia y ahora desde la FRA de Estados Unidos. Narek Karapetyan, sobrino del empresario y vicepresidente del Grupo Tashir, escribió en sus redes: “La diáspora armenia ya no está ajena a la verdadera Armenia”, y compartió una declaración del director del Comité Nacional Armenio de América (ANCA), Aram Ambaryan: “Se están vengando de él no por sus pecados, sino por sus virtudes”.
ANCA, una de las organizaciones armenias opositoras al gobierno más influyentes en Washington, atribuyó a Karapetyan un papel clave en el desarrollo del país: “Es uno de los mayores benefactores de Armenia, el mayor empleador y contribuyente privado”.
La respuesta del gobierno no se hizo esperar. El primer ministro Nikol Pashinyan lanzó una feroz réplica desde su cuenta oficial: “¿Por qué los depravados ‘líderes espirituales’ y sus depravados ‘benefactores’ se han vuelto más activos? No importa, los silenciaremos. Para siempre”. Además, instó públicamente a nacionalizar la empresa Electric Networks of Armenia (ENA), actualmente bajo control del Grupo Tashir.
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