En un reciente encuentro con la ONG Universidad Armenia, el expresidente de Armenia Serzh Sargsyan se contradice sobre al asegurar que durante la Guerra de Abril de 2016, Turquía condenó la agresión de Azerbaiyán en marco del Grupo de Minsk de la OSCE. Sin embargo, documentos oficiales y declaraciones públicas de aquel entonces contradicen esta afirmación, revelando un respaldo explícito de Ankara a Bakú durante los enfrentamientos en Nagorno-Karabaj.
Durante el mismo evento, Sargsyan también argumentó que en 2018 Armenia tenía una posición negociadora fortalecida respecto al conflicto de Karabaj. Sin embargo, en declaraciones anteriores ante la Asamblea Nacional ese mismo año, él mismo calificó el proceso de paz como “paralizado” y falto de expectativas realistas.
Turquía respaldó a Azerbaiyán durante la Guerra de Abril
El 2 de abril de 2016, en plena escalada militar en Nagorno-Karabaj, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía difundió un comunicado en el que culpaba a Armenia de iniciar los ataques y llamaba a Ereván a cesar las hostilidades. Ese mismo día, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan expresó su apoyo a su homólogo azerbaiyano Ilham Aliyev en una conversación telefónica.
Un día después, el 3 de abril, desde Estados Unidos, Erdoğan reafirmó su posición:
“Oramos para que nuestros hermanos azerbaiyanos ganen estos enfrentamientos con pérdidas mínimas. Apoyaremos a Azerbaiyán hasta el final.”
Además, criticó al Grupo de Minsk por su falta de eficacia en la resolución del conflicto. Estas declaraciones generaron una dura respuesta desde Armenia. El viceministro de Exteriores Shavarsh Kocharyan acusó a Turquía de emitir “declaraciones racistas” y de incitar a Azerbaiyán a la agresión.

El Grupo de Minsk tampoco condenó a Azerbaiyán
Los copresidentes del Grupo de Minsk —Estados Unidos, Rusia y Francia— emitieron una declaración el 2 de abril de 2016 en la que expresaron “profunda preocupación” y condenaron el uso de la fuerza, sin identificar a una parte como responsable.
El 5 de abril, en Viena, representantes de los estados miembros del Grupo de Minsk, incluida Turquía, condenaron la “violencia sin precedentes” y reiteraron que el conflicto no tenía solución militar, sin atribuir la culpa a ningún bando.
La Asamblea Parlamentaria de la OSCE, en su Declaración de Tbilisi de julio de 2016, también evitó señalar a un agresor. Aunque Armenia votó en contra por considerar el texto “antirruso”, tanto Azerbaiyán como Turquía lo aprobaron.
Hasta hoy, ninguna de las declaraciones multilaterales en el marco del Grupo de Minsk ha responsabilizado directamente a Azerbaiyán por el inicio de las hostilidades. Las únicas condenas explícitas a Bakú provinieron del Parlamento de Chile y del Ministerio de Exteriores de Chipre.
¿“Situación negociadora favorable” en 2018?
Otra declaración polémica de Serzh Sargsyan fue su afirmación de que en 2018, Armenia tenía una posición negociadora fortalecida en el proceso de paz. Sin embargo, sus propias palabras ante el Parlamento ese mismo año lo contradicen.
Como informara SoyArmenio.com, el 17 de abril de 2018, como candidato a primer ministro, Sargsyan declaró:
“El proceso de negociación no inspira optimismo; dicho más claramente, está simplemente paralizado. […] Nuestros socios no cumplen los acuerdos.”
Este diagnóstico es diametralmente opuesto a la narrativa actual del expresidente. No obstante, Sargsyan ya había hecho declaraciones similares en 2021, afirmando que su nominación como primer ministro tenía como objetivo “avanzar aún más nuestras posiciones fortalecidas”.
Respuesta oficial de la oficina de Sargsyan
Tras la verificación publicada por #CivilNetCheck, la oficina del expresidente respondió que Turquía “se unió a la declaración del 5 de abril de 2016 del Grupo de Minsk”, la cual condenaba “el estallido de violencia sin precedentes”. Sin embargo, como ya se ha señalado, este documento no mencionaba a Azerbaiyán ni contenía una condena específica a su ofensiva.
Conclusión: un discurso inconsistente con los hechos
Las declaraciones recientes de Serzh Sargsyan sobre la postura de Turquía durante la Guerra de Abril y el estado del proceso de paz en 2018 muestran incongruencias notables con sus posiciones anteriores y con los documentos oficiales de la época. Estas contradicciones debilitan su credibilidad y ponen en cuestión el uso político de eventos pasados en un contexto de debate interno sobre el futuro de las relaciones regionales.
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