El controvertido abogado internacional Robert Amsterdam, conocido por su historial en casos políticos de alto perfil, llegó de urgencia a Armenia para asumir la defensa del empresario ruso Samvel Karapetyan, acusado por las autoridades armenias de malversación de fondos en la empresa nacional de energía y de incentivar un golpe de estado. Amsterdam sostendrá que su cliente es víctima de persecución religiosa y no de delitos económicos.
En declaraciones a la prensa a su llegada a Ereván, el abogado afirmó que el caso de Karapetyan se enmarca en un contexto más amplio de presiones contra la Iglesia Apostólica Armenia y los cristianos del país.
«Cuando los creyentes que aman a su iglesia y a la patria, como Samvel Karapetyan, ven su negocio atacado de manera ilegal, significa que algo está mal. Es necesario un diálogo entre el gobierno y la Iglesia. Espero que estas acusaciones se eliminen y que la Iglesia sea protegida», declaró.

Amsterdam subrayó que la Iglesia en Armenia tiene un papel central para la identidad cultural y religiosa, no solo en el país, sino en toda la diáspora.
«Todos los creyentes están obligados a proteger a la Iglesia en Armenia. Apoyo a la Iglesia en Ucrania y, hace 45 años, defendí a la Iglesia Ortodoxa allí. No hay deber más sagrado que la protección de la Iglesia y los derechos fundamentales», agregó.
La visita de Amsterdam está ligada a otros casos polémicos en Armenia, incluidos procesos judiciales contra arzobispos y denuncias de presiones contra el máximo jefe eclesiástico por violar las leyes al tener un hijo.
El abogado, que trabajó para el gobierno de Erdogan para cerrar el movimiento Gulen, anunció que su misión es monitorear el estado de los derechos humanos y la democracia en el país.
Un historial de defensa en casos mediáticos internacionales
Robert Amsterdam es reconocido por su labor en defensa de figuras con alto impacto político y mediático. En 2003, fue uno de los abogados de Mijaíl Jodorkovski, entonces el hombre más rico de Rusia, enfrentado al presidente Vladímir Putin. También trabajó para el gobierno turco en acciones legales contra el movimiento religioso Gülen, y desde 2023 representa a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOC) frente a medidas del gobierno de Kiev que buscan limitar su actividad por sus vínculos con Moscú, acusaciones que Amsterdam niega.
La llegada del abogado a Armenia añade presión internacional a un caso que ya ha generado fuertes divisiones políticas y sociales, poniendo en la misma mesa libertad religiosa, poder económico e injerencia rusa.
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