El gobierno armenio ha presentado un proyecto de ley sobre la repatriación de ciudadanos de la diáspora, con el objetivo de fortalecer los lazos entre Armenia y las comunidades armenias en el exterior. Sin embargo, según el Alto Comisionado para Asuntos de la Diáspora, Zareh Sinanyan, la repatriación no debe verse como un objetivo en sí mismo, sino como un resultado natural de una Armenia más próspera y estable.
El programa «En Acción» y sus resultados
Uno de los proyectos clave en esta estrategia es «En Acción», lanzado en septiembre de 2020. Su objetivo es atraer talento de la diáspora al sistema de administración pública armenio durante un año. Aunque no fue diseñado específicamente como un programa de repatriación, sus resultados han sido alentadores: entre el 70 y el 80 % de los participantes deciden quedarse en Armenia después de completar el programa.
No obstante, el costo de vida en Ereván ha aumentado significativamente desde 2019, lo que representa un desafío para atraer a más repatriados. A pesar de esto, el gobierno ve el programa como una herramienta efectiva para incorporar nuevas habilidades y perspectivas en el sector público armenio.
Crisis en la diáspora: Armenia interviene en escenarios internacionales
El Alto Comisionado para Asuntos de la Diáspora también destacó que Armenia debe responder a crisis en comunidades armenias alrededor del mundo. La atención del gobierno varía según los cambios geopolíticos, como se ha visto en Ucrania tras la invasión rusa en 2022, en Siria y Líbano debido a conflictos regionales, y ahora en Jerusalén, donde la comunidad armenia enfrenta un problema legal con el Patriarcado Armenio.
Las autoridades israelíes han exigido al Patriarcado Armenio el pago de impuestos sobre propiedades que datan de la década de 1980, lo que podría resultar en la pérdida de terrenos históricos en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Según Sinanyan, el gobierno armenio debe encontrar una forma de abordar este conflicto sin afectar sus incipientes relaciones diplomáticas con Israel.

El Monte Ararat y la identidad armenia
Otro punto de debate en la diáspora es la importancia simbólica del Monte Ararat y su lugar en la identidad nacional. Mientras que muchos armenios ven al Monte Ararat como un símbolo innegociable de su historia y cultura, Sinanyan sugiere que es más importante centrarse en objetivos realistas.
«El genocidio es un hecho innegable, ya ha sido reconocido por gran parte del mundo occidental. Pero debemos preguntarnos qué queremos lograr más allá de eso», afirmó. También señaló que, durante 25 años, Armenia controló Nagorno-Karabaj (Artsaj), pero pocos miembros de la diáspora decidieron establecerse allí.
Su llamado es claro: amar a Armenia y su historia es importante, pero más aún es contribuir activamente a su desarrollo.
Comments