El Gobierno del Reino Unido advirtió que impondrá sanciones directas a empresas e individuos no británicos de Armenia, Georgia y otros países de la región si colaboran, consciente o inadvertidamente, en la evasión del régimen de sanciones impuesto contra Rusia por la invasión a Ucrania.
La advertencia fue formalizada en una nueva guía oficial publicada por Londres en su sitio web gubernamental, dirigida a actores económicos en Georgia, Armenia, Kazajistán, Uzbekistán y Kirguistán. La iniciativa apunta a prevenir la triangulación comercial y la utilización de rutas indirectas para eludir restricciones internacionales.
Londres publica guía específica para empresarios del Cáucaso y Asia Central ante el creciente uso de rutas indirectas por parte de Moscú
“El Reino Unido ha publicado una nueva guía de sanciones para apoyar a las empresas en Georgia”, comunicó la Embajada Británica en Tiflis a través de su página oficial de Facebook. “El documento incluye legislación relevante de Georgia y del Reino Unido, y ofrece pasos prácticos para que las empresas gestionen los riesgos y promuevan el cumplimiento”.
Estrategias de evasión: el nuevo foco de las sanciones
La guía detalla ejemplos concretos de operaciones que podrían considerarse violaciones sancionables, como el uso de empresas intermediarias en países vecinos a Rusia que compran bienes sancionados al Reino Unido y luego los reexportan a Moscú, ocultando el destino final al proveedor británico.

Entre las tácticas identificadas por Londres se encuentran la falsificación del destinatario final, el uso de redes de evasión profesional y la utilización de compañías fachada. El Reino Unido aclara que no es necesario ser ciudadano británico para ser sancionado: basta con participar en operaciones que favorezcan directa o indirectamente la maquinaria de guerra rusa.
Alerta en Armenia: comercio y clero bajo la lupa
Si bien el documento tiene un tono generalista, su publicación coincide con un creciente escrutinio sobre empresas de transporte y logística con sede en Armenia, muchas de las cuales operan corredores comerciales que conectan Irán, Rusia y Asia Central.
Además, se produce en medio de un escándalo interno en Ereván: el arzobispo Mikael Ajapajyan, jefe de la diócesis de Shirak, fue recientemente acusado por la fiscalía de llamar al derrocamiento del gobierno, un delito por el cual ya se encuentra detenido el arzobispo de Tavush, Bagrat Galstanyan. Analistas como Ruben Mehrabyan no descartan que parte del clero pueda estar expuesto a influencias extranjeras, incluida Rusia.
Riesgos legales y económicos para empresas armenias
La guía británica advierte que cualquier persona natural o jurídica que colabore con Rusia en violación del régimen de sanciones podrá ser objeto de medidas coercitivas, como el congelamiento de activos, la inclusión en listas negras financieras y la exclusión de seguros internacionales.
“Las sanciones del Reino Unido se aplican extraterritorialmente a todas las entidades británicas. Eso incluye bancos, compañías de seguros, navieras y aseguradoras”, señala el texto. “Si sus operaciones dependen de proveedores británicos, bancos internacionales o rutas aseguradas por empresas con sede en Londres, el riesgo es real e inmediato”.
Tensión con Moscú: Armenia en la cuerda floja
El documento del Reino Unido pone más presión sobre un delicado equilibrio diplomático que intenta mantener Armenia, en medio de un proceso de diversificación de alianzas tras el colapso del bloque CSTO liderado por Rusia.
Desde el 2022, Armenia ha buscado estrechar lazos con Occidente —especialmente con Francia, India y Estados Unidos—, pero aún depende en gran medida del comercio regional y de la conectividad logística que involucra a Rusia. En este contexto, la guía británica puede ser vista como un llamado de atención a los empresarios que operan en zonas grises o que ignoran el destino final de sus operaciones.
Una advertencia extendida a Asia Central
Además de Armenia y Georgia, el Reino Unido ha incluido en su advertencia a Kazajistán, Uzbekistán y Kirguistán, países que han sido señalados por Washington y Bruselas como posibles puntos de tránsito para tecnología sensible, bienes de doble uso y materiales industriales que terminan en el complejo militar-industrial ruso.
La Cumbre UE-Asia Central de abril en Samarcanda ya había mostrado signos de alineamiento parcial con Occidente en este tema, con los países centroasiáticos firmando una declaración que exigía respeto al derecho internacional, incluido el régimen de sanciones adoptado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
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