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Masoud Pezeshkian visitará Pakistán en agosto para profundizar la cooperación religiosa, comercial y estratégica

Irán busca consolidar una alianza regional con Islamabad, Ankara y Bakú mientras crecen las tensiones en el Cáucaso Sur

El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, visitará Pakistán a principios de agosto, según informó su asesor político, Mehdi Sanai, a través de la plataforma X (antes Twitter). Durante la visita, el mandatario mantendrá reuniones con autoridades del país asiático, así como con representantes del sector empresarial y religioso. El viaje se inscribe en una estrategia más amplia de Teherán para fortalecer sus vínculos políticos, económicos y culturales con el mundo islámico, y posicionarse como un actor central en el comercio eurasiático.

«Las partes prestarán especial atención a la cooperación transfronteriza, los lazos humanitarios y el desarrollo del comercio, cuyo volumen ya alcanza los tres mil millones de dólares anuales», escribió Sanai, quien anticipó que el viaje culminará con acuerdos para “profundizar la cooperación a nivel religioso e internacional”.

Esta será la tercera visita oficial del mandatario iraní desde que asumió la presidencia, tras sus encuentros con Recep Tayyip Erdogan en Ankara y con Ilham Aliyev en Bakú. Pezeshkian también participó en la cumbre de la Organización de Cooperación Económica (ECO), celebrada en la ciudad ocupada de Stepanakert, donde mantuvo conversaciones trilaterales con los líderes de Turquía y Pakistán. Según diversos analistas, el acuerdo para la visita a Islamabad se habría gestado durante ese encuentro.

Masoud Pezeshkian Pakistán
El presidente iraní Masoud Pezeshkian visitará Pakistán a principios de agosto en el marco de una alianza regional con Turquía y Azerbaiyán.

Irán, el islam político y el reordenamiento de sus alianzas regionales

Desde Teherán subrayan que esta agenda responde a una visión coherente de solidaridad islámica como vector de política exterior, en línea con el carácter ideológico de la República Islámica. “Irán tiene plena libertad para definir sus alianzas de seguridad y sus socios estratégicos. No hay nada extraordinario ni inesperado en ello”, afirmó Sanai, aludiendo indirectamente a quienes, desde Armenia, han advertido sobre un posible alejamiento de Teherán en medio de la reconfiguración regional.

La visita de Pezeshkian coincide con el intento de Bakú de posicionar a Armenia como responsable de una supuesta alianza con Estados Unidos para la gestión del paso de Meghri. Según diversas fuentes diplomáticas, Azerbaiyán estaría intentando convencer a Irán de que “las verdaderas preguntas deben dirigirse a Ereván”, alimentando la narrativa de una traición geopolítica armenia.

¿Neutralidad estratégica o pragmatismo con el mundo turco?

La reciente intensificación de contactos de alto nivel entre Irán, Azerbaiyán, Turquía y Pakistán sugiere que Teherán ha optado por no escalar tensiones con el bloque panturquista, sino más bien integrarlo en una lógica de cooperación comercial y religiosa. Algunos analistas describen esta postura como una estrategia de retaguardia, conscientes del peso que tienen Turquía y Estados Unidos en la arquitectura de poder regional.

“La República Islámica no parece interesada en un conflicto abierto con el mundo túrquico. Más bien, intenta atraerlo a su órbita para evitar una alianza cerrada con Occidente”, explica el experto ruso Yuri Lyamin.

La postura iraní genera interrogantes en Armenia, donde resurgen temores similares a los previos a la guerra de 2020. “Durante años nos dijeron que Irán jamás permitiría una presencia israelí-estadounidense en el Cáucaso, pero la Guerra de los 44 Días mostró lo infantil de esa creencia”, comenta un exdiplomático armenio que pide anonimato.

El dilema armenio: entre el aislamiento y la integración regional

En este contexto, las críticas internas en Armenia contra el presidente Vahagn Khachaturyan, por declarar que “hay que abrir las puertas de Syunik”, y contra el primer ministro Nikol Pashinyan, por minimizar la palabra “corredor”, parecen olvidar una cuestión clave: ¿qué rol quiere jugar Armenia en el nuevo mapa comercial de Eurasia?

“Si Armenia no gestiona el paso de Meghri, lo hará otro. Y si no abre sus puertas, ¿quién lo hará?”, se pregunta el analista político armenio Vahram Atanesyan. “El Corredor Araks puede consolidarse sin Armenia, conectando a China, Asia Central, Irán, Turquía y Europa, con una población combinada de más de dos mil millones. ¿Y Armenia? ¿Elegirá la irrelevancia?”, cuestiona.

Mientras tanto, la Unión Europea, el bloque chino y los países del Golfo avanzan en proyectos de conectividad sin esperar el visto bueno de Ereván. Armenia corre el riesgo de quedar marginada del gran juego euroasiático si no redefine sus prioridades. Irán puede ser un país amigo, pero los intereses nacionales no se delegan.

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