Durante su intervención en la Conferencia Internacional sobre Medio Ambiente celebrada en la República de Altái, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, advirtió que su país es uno de los más expuestos a las consecuencias del cambio climático, a pesar de su mínima contribución a las emisiones globales de CO₂. “Nuestros ecosistemas montañosos están en una situación crítica”, afirmó.
El mandatario detalló que los efectos ya se perciben en el derretimiento acelerado de glaciares, la reducción de las precipitaciones, inundaciones, deslizamientos de tierra, erosión del suelo y un preocupante proceso de desertificación. Armenia, que cuenta con una geografía de alta montaña en el 80% de su territorio, enfrenta una crisis hídrica que afecta tanto a los pastizales como a las tierras cultivables y recursos forestales.
Una respuesta institucional al cambio climático
Pashinyan destacó que su gobierno ha aprobado un ambicioso Programa de Adaptación al Cambio Climático en el Sector de Recursos Hídricos (2022–2026) y se encuentra trabajando en una nueva ley climática nacional. Este proyecto legal busca establecer una base institucional y jurídica para una política climática integral, en línea con los compromisos asumidos por Armenia en el marco del Acuerdo de París.

Además, mencionó que en 2021 se lanzó el Programa de Acción Nacional sobre Adaptación al Cambio Climático, con un horizonte definido hasta 2026, que establece una hoja de ruta para la planificación y ejecución de políticas de resiliencia climática.
Biodiversidad: una prioridad nacional
Pashinyan también subrayó que su país implementa proyectos clave para la restauración de especies emblemáticas, como el leopardo del Cáucaso y el ciervo rojo, en colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). El primer proyecto, iniciado en 2002, ha conseguido ya una población estable de leopardos en el territorio armenio, con evidencia de reproducción natural, lo que confirma la recuperación del hábitat.
Cooperación internacional y agenda montañosa
Durante la conferencia, el jefe de gobierno reafirmó el compromiso de Armenia con la agenda de los países montañosos en el marco de Naciones Unidas, participando activamente en el Grupo de Amigos de los Países Montañosos y en la Alianza para las Montañas, impulsada por Kirguistán.
En este contexto, Armenia será sede de la COP17 sobre Diversidad Biológica en 2026, un evento internacional de alto nivel que reunirá a gobiernos, expertos y académicos para avanzar en políticas de conservación de la biodiversidad. “Como anfitriones, trabajaremos para facilitar un diálogo efectivo y decisiones equilibradas que respondan a las prioridades de todos los participantes”, aseguró Pashinyan.
Concluyó su intervención con un llamado a la responsabilidad compartida para proteger el planeta: “Confiamos en que juntos podremos contribuir significativamente a los esfuerzos globales por preservar la biodiversidad y usar racionalmente el entorno natural”.
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