Tras la cumbre entre Armenia y Azerbaiyán en Washington, surgió una pregunta inédita: ¿podría Pakistán dar el paso histórico de reconocer a Armenia?
El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores pakistaní, Muhammad Ishaq Dar, calificó el encuentro como “un momento verdaderamente histórico”. En la red social X, escribió: «Azerbaiyán y Armenia dan un paso decisivo hacia la resolución de un prolongado conflicto que ha durado más de tres décadas».
El papel de Pakistán como aliado de Azerbaiyán
Desde el colapso de la URSS, Islamabad ha sido uno de los aliados más cercanos de Bakú. En los primeros años de independencia azerbaiyana, oficiales de alto rango de las Fuerzas Armadas de Pakistán participaron en la Primera Guerra de Karabaj junto a militares retirados de Turquía.
Pakistán fue incluso más lejos que Turquía al negarse a reconocer la independencia de Armenia, una posición que se ha mantenido durante más de 30 años.
Un mensaje sin mención a Pashinyan
La respuesta oficial de Islamabad a la cumbre de Washington sorprendió por la ausencia del nombre de Nikol Pashinyan. Dar elogió al presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, y agradeció al expresidente Donald Trump por su mediación, pero evitó cualquier referencia directa a Ereván.
Aun así, el tono fue constructivo, lo que analistas interpretan como una posible señal de apertura.

La carta iraní y el potencial de una mediación
Pakistán es miembro de la Organización para la Cooperación Islámica y mantiene relaciones cercanas con Irán, vecino directo de Armenia. El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, tiene programadas visitas tanto a Ereván como a Islamabad, lo que abre la puerta a una mediación indirecta.
Un diplomático armenio retirado asegura que “es demasiado pronto para hablar de relaciones plenas, pero no se debe desaprovechar ninguna oportunidad de diálogo”.
El desafío de romper el hielo diplomático
Durante tres décadas, no ha trascendido información sobre contactos formales entre Armenia y Pakistán. La ausencia de relaciones no implica que no existan vías de trabajo. Según expertos, el nuevo clima regional podría ser una ventana para iniciar, al menos, conversaciones preliminares.
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