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“Propiedad en lugar de deuda”: el acuerdo que vendió media Armenia a Rusia por 95 millones

El pacto «propiedad en lugar de deuda» sigue generando polémica.

Millonarias propiedades del ex presidente Robert Kocharyan y de familiares se incautarían por el Tribunal Anticorrupción de Armenia.

En 2002, Armenia transfirió activos estratégicos a Rusia para saldar una deuda de 95 millones de dólares, con la gestión de Robert Kocharyan y Serzh Sargsyan, dos figuras clave del poder en Ereván durante la posguerra de Karabaj. El pacto permitió que el Kremlin se apropiara de importantes instalaciones energéticas y tecnológicas armenias.

La firma del tratado ruso-armenio se realizó el 5 de noviembre de 2002. Fue promovido por Kocharyan, entonces presidente, y rubricado por Sargsyan, ministro de Defensa. El contrato habilitó a Rusia a adquirir cinco activos estratégicos, entre ellos la Planta Mars de Ereván), la central térmica de Razdan y el Instituto de Máquinas Matemáticas.

“Esta operación no fue un rescate, fue una entrega sin condiciones”, afirmó el economista Hakob Avetyan a Azatutyun.

El acuerdo que favoreció a Moscú y empresas vinculadas a Kocharyan

El acuerdo estableció que Rusia no sólo recibía la propiedad, sino también el uso pleno, la libre disposición y la posibilidad de revender los bienes. Según el documento, la quinta unidad de Razdan pasó a manos de INTER RAO UES por solo 31 millones. Años más tarde, en 2017, esta misma instalación se vendió a Tashir Capital, del magnate armenio-ruso Samvel Karapetyan.

En total, el valor oficial de los cinco activos no superó los 95 millones. La Planta Mars fue tasada en 56,2 millones. El Instituto de Investigación de Sistemas Automatizados se entregó por 3,3 millones. La empresa de metalurgia se valoró en apenas 350 mil dólares. El resto también se entregó por cifras simbólicas.

“La tasación la pagamos nosotros, desde el presupuesto del Estado”, denunció en su momento el diputado Khachatur Sukiasyan. “Nadie auditó los valores. Fue un robo institucionalizado”, remató.

El círculo se cierra: Kocharyan y los negocios posteriores con Rusia

En 2013, el gobierno armenio creó una zona económica libre en los terrenos de Mars y el Instituto YerNIIMM. La operadora fue Sitronics Armenia, filial de la empresa rusa Sistema, cuya junta directiva incluía a Robert Kocharyan. La ironía se hizo evidente: quien firmó la entrega de la propiedad estatal, más tarde se benefició como empresario privado.

“No se trata sólo del pasado. Se trata de entender a quién sirven nuestros exlíderes cuando hablan hoy de patriotismo”, dijo Arman Babajanyan, exparlamentario independiente.

La operación también incluyó exenciones aduaneras para Moscú, derechos de exportación preferenciales y privilegios que otras empresas no recibieron. Los terrenos también se transfirieron junto a las instalaciones, consolidando la pérdida de soberanía estatal.

¿Quién ganó realmente con la entrega de propiedad estatal a Rusia?

Hoy, el pacto de 2002 se percibe como una entrega estratégica a cambio de nada. Mientras Armenia vendía infraestructura crítica por centavos, el Kremlin ganaba control y presencia. Y figuras como Kocharyan acumulaban influencia en ambos lados del tablero.

“No fue una solución de deuda, fue una pérdida de país”, afirmó el analista Tigran Grigoryan en entrevista con CivilNet.

En un momento en que la región busca redefinir su soberanía frente a Rusia, Irán, Turquía y Occidente, la memoria de este pacto aún divide a la sociedad. La historia de “propiedad en lugar de deuda” no puede olvidarse cuando los mismos actores hoy pretenden recuperar el poder político.

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