El Catholicós Karekin II inauguró la primera iglesia armenia en Minsk, construida con piedra volcánica de Armenia y financiada por el polémico empresario Gagik Tsarukyan, en un gesto que fortalece los lazos espirituales pese al distanciamiento entre Ereván y Minsk.
Un santuario armenio en tierra bielorrusa
En un acto cargado de simbolismo, el Patriarca Supremo de la Iglesia Apostólica Armenia, Garegin II, consagró este domingo el primer templo armenio en Bielorrusia, dedicado a San Gregorio el Iluminador. La ceremonia, celebrada en Minsk, contó con la presencia de diplomáticos, clérigos y el empresario Gagik Tsarukyan, principal benefactor de la obra.
El templo, construido con toba volcánica y travertino armenio, fue diseñado para evocar la patria lejana. «Esto siempre nos recordará a la Madre Patria», afirmó el sacerdote Sarkis, encargado de la parroquia, según reportó la agencia estatal BelTA. Todos los iconos y cruces fueron traídos desde Armenia, reforzando la conexión espiritual con la diáspora.
Tsarukyan, el mecenas en la sombra
El magnate Gagik Tsarukyan, líder del partido Prosperous Armenia y aliado histórico de Moscú, financió la construcción. «Alexander Lukashenko respondió de inmediato a nuestra solicitud de terrenos y permisos», declaró Tsarukyan, agradeciendo al presidente bielorruso. El empresario, acusado en el pasado de corrupción y vínculos con el Kremlin, ha erigido decenas de iglesias en Armenia y ahora extiende su influencia al extranjero.
Su secretaria de prensa, Iveta Tonoyan, destacó que la iglesia será un «santuario para preservar la identidad armenia» en Bielorrusia, donde residen unos 10,000 armenios. Sin embargo, críticos señalan que el proyecto busca lavar la imagen de Tsarukyan, cuya fortuna se ha visto envuelta en escándalos.
Tensiones políticas vs. unidad espiritual
Como informara SoyArmenio.com, la inauguración contrasta con la ruptura diplomática entre los gobiernos de Nikol Pashinyan y Alexander Lukashenko. En junio de 2024, Pashinyan prohibió visitas oficiales a Bielorrusia tras revelarse que Minsk suministró armamento a Azerbaiyán durante la Segunda Guerra de Nagorno-Karabaj (2020-2023). Documentos filtrados a Politico confirmaron la venta de tecnología militar bielorrusa a Bakú, alimentando la desconfianza.
Pese a esto, Garegin II elogió la «armonía interétnica» en Bielorrusia y depositó flores en el Monumento a la Victoria, honrando a los 50,000 armenios que lucharon en el frente bielorruso durante la Segunda Guerra Mundial. El gesto subraya el papel de la Iglesia como actor político independiente, en abierto choque con Pashinyan, quien en 2023 advirtió: «Si la Iglesia quiere hacer política, Armenia es un país democrático».

¿Fe o geopolitización?
Analistas ven en esta consagración un mensaje a Moscú, que tradicionalmente media entre Ereván y Minsk. Para la diáspora armenia, el templo es un refugio cultural; para el Kremlin, un recordatorio de su influencia en la región. Mientras, Pashinyan sigue adelante investigando los negociados millonarios de Gagik Tsarukyan y distanciado de Bielorrusia, aliado de Azerbaiyán.
Con servicios en armenio y proyectos educativos, la iglesia busca ser más que un lugar de culto: un baluarte contra la asimilación. Pero en un contexto de guerras y realineamientos, su existencia también refleja las grietas entre el poder secular y el eclesiástico en Armenia.
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