La mina de oro más grande de Armenia, ubicada en Sotk, reanuda sus operaciones y esta vez mediante un método subterráneo. El viceministro de Administración Territorial e Infraestructura de Armenia, Hovhannes Harutyunyan, brindó detalles sobre el reinicio de la explotación minera durante la conferencia Mining Armenia, organizada por la Unión de Empresas Mineras y Metalúrgicas de Armenia en Tsaghkadzor.
El viceministro explicó que la mina, administrada por GeoProMining Gold, operará inicialmente a una capacidad de 100 a 150.000 toneladas anuales, pero se espera que alcance su capacidad plena de 400.000 toneladas para el segundo semestre de 2025. Anteriormente, la extracción se realizaba a cielo abierto, pero esta modalidad se suspendió en mayo de 2023 debido a los constantes bombardeos desde las posiciones azerbaiyanas y el agotamiento de las reservas cercanas a la superficie terrestre.
«La decisión de cambiar a la minería subterránea fue principalmente económica, ya que las capas más profundas resultan ahora más rentables para la explotación», declaró Harutyunyan. Esta transformación permitirá una explotación más eficiente de las reservas de oro restantes en la zona.
Impacto en el empleo
El viceministro también proporcionó detalles sobre el empleo en la mina. Actualmente, la operación subterránea emplea a más de 200 personas, pero se espera que este número aumente a más de 500 trabajadores una vez que la mina alcance su capacidad total en los próximos años. Harutyunyan recordó que anteriormente entre 300 y 400 empleados fueron despedidos debido a la interrupción de la minería a cielo abierto, pero anticipa que estos trabajadores serán reincorporados gradualmente.

Perspectivas y desafíos
La mina de Sotk es crucial para la industria minera de Armenia, no solo por ser la de mayor reserva de oro, sino también por su importancia estratégica en términos económicos. Sin embargo, desde 2020, parte del yacimiento quedó bajo control de Azerbaiyán, lo que ha generado incertidumbre sobre las pérdidas económicas derivadas de este cambio territorial. Harutyunyan indicó que no se podrá realizar una evaluación precisa de las pérdidas hasta que se delimite formalmente la frontera entre ambos países.
El regreso de la mina a la actividad, aunque con nuevos desafíos y bajo un modelo diferente de explotación, representa una oportunidad para revitalizar la producción de oro en Armenia y fortalecer su industria minera en el largo plazo.
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