Ereván debate si aceptar una oferta de Estados Unidos para arrendar por 99 años una ruta clave que conecte Azerbaiyán con Najichevan por Meghri, mientras altos funcionarios emiten declaraciones contradictorias
La posible cesión de gestión de un tramo del sur de Armenia a una empresa extranjera encendió el debate político en Ereván. Aunque EE.UU. propuso a Armenia y Azerbaiyán una vía de comunicación bajo control civil y empresarial, las autoridades armenias no logran unificar su mensaje. Las versiones difieren incluso dentro del propio gobierno.
El vicepresidente del Parlamento, Ruben Rubinyan, negó que el Ejecutivo haya evaluado esa opción. “Armenia nunca discutió esa propuesta y no lo hará. Ninguna iniciativa que contradiga nuestra legislación puede aplicarse», declaró a Factor TV el 28 de julio. Insistió en que la legislación armenia solo contempla el arrendamiento de tierras de uso agrícola.
Sin embargo, su colega de partido, el diputado Arman Yeghoyan, confirmó que la propuesta estadounidense existió. «Ellos plantearon esa idea. La evaluamos, pero nos pareció inaceptable por riesgos a la soberanía nacional», dijo cuatro días antes en la misma cadena. Yeghoyan aclaró que se trató de un intercambio de ideas, no de una negociación formal.
El primer ministro Nikol Pashinyan, por su parte, admitió la posibilidad de debatir la propuesta, pero bajo otra figura legal. «Nuestra ley contempla el derecho de construcción. Es similar al arrendamiento pero implica que, al terminar el contrato, las inversiones vuelven a ser propiedad de Armenia», explicó el 16 de julio en una conferencia de prensa.

El mandatario incluso dio ejemplos de contratos vigentes como el del aeropuerto de Zvartnots, el sistema hídrico nacional y el ferrocarril operado por una compañía rusa. Todos bajo un esquema similar.
Esta postura difiere de la de su portavoz, Nazeli Baghdasaryan, quien aseguró que Armenia nunca consideró entregar la supervisión del corredor a ninguna entidad privada. «No discutimos la tercerización del control. Armenia mantiene firmes sus principios de soberanía y jurisdicción sobre sus rutas», declaró el 14 de julio. No mencionó el mecanismo de derecho de construcción que sí citó el primer ministro.
También el vicecanciller Mnatsakan Safaryan reconoció, el 10 de julio, que podrían aceptar la externalización de ciertas funciones viales si se respetan los principios soberanos.
La controversia gira en torno a un tramo de más de 40 kilómetros en la región de Syunik, clave para conectar Najicheván con el resto de Azerbaiyán. El embajador de EE.UU. en Turquía, Thomas Barrack, declaró que Washington está dispuesto a arrendar esa vía durante 99 años para asegurar un tránsito sin fricciones. Esa declaración, del 16 de julio, intensificó la discusión en Armenia.
El analista de Carnegie, Olesya Vartanyan, fue quien reveló el 1 de julio que el plan preveía la participación de una empresa estadounidense. Aunque no hay documentos oficiales, el cruce de declaraciones de las autoridades armenias confirma que el tema se discutió al menos en parte.
El gobierno insiste en que no cederá soberanía territorial. Pero al mismo tiempo deja abierta la puerta a una solución de gestión civil bajo normas armenias. La pregunta es si ese equilibrio legal y diplomático alcanzará para calmar la desconfianza creciente en la opinión pública.
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