La Federación de Fútbol de Armenia (FFA) anunció su ambicioso plan para construir tres nuevos estadios de fútbol como parte de los preparativos para la candidatura conjunta con Georgia para albergar el Campeonato Mundial de Fútbol Sub-20 de la FIFA en 2029. El secretario general de la FFA, Artur Azaryan, confirmó que ya están en marcha negociaciones con inversores, aunque aún no se han revelado cifras ni plazos concretos.
Vanadzor, principal candidata para recibir uno de los nuevos estadios
Durante una conferencia de prensa, el presidente de la FFA, Armen Melikbekyan, adelantó que una de las sedes más probables será Vanadzor, la tercera ciudad más grande del país, ubicada en el norte, cerca de la frontera con Georgia.
“Queremos que al menos uno de los estadios se ubique en un asentamiento en el norte del país, cerca de la frontera con Georgia. Lo más probable es que sea Vanadzor”, explicó Melikbekyan.
Además de Vanadzor, se están evaluando otras opciones, pero los detalles finales del proyecto se conocerán dentro de un mes, según las autoridades de la federación.
Una candidatura regional para fortalecer el fútbol en el Cáucaso
La candidatura conjunta de Armenia y Georgia requiere un mínimo de ocho estadios: cuatro en cada país. Actualmente, el único recinto en Armenia habilitado para partidos internacionales es el Estadio Republicano Vazgen Sargsyan, ubicado en Ereván.
“Considerando la cantidad de equipos que participan en el campeonato, se necesitan ocho estadios. Ya contamos con posibles inversores para este proyecto”, señaló Artur Azaryan.
La decisión de la FIFA sobre qué países albergarán el Mundial Sub-20 de 2029 se espera para finales de septiembre de este año.

Inversión privada y desarrollo deportivo nacional
Como informara SoyArmenio.com, si bien la FFA no ha revelado el volumen de la inversión ni los plazos estimados para la construcción, la iniciativa se percibe como un esfuerzo estratégico para impulsar el desarrollo deportivo en Armenia y fomentar el turismo deportivo regional.
Además, estos proyectos podrían estimular la creación de empleos temporales en el sector de la construcción y dinamizar la economía de ciudades fuera de la capital.
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