En el lago Sevan, uno de los ecosistemas más protegidos de Armenia, el empresario Arman Hakobjanyan ha construido villas y piscinas, incluyendo una piscina dentro del propio lago, pese a restricciones legales y normativas ambientales, según investigó el sitio HETQ.AM. Las obras han generado polémica y denuncias por incumplimientos en permisos, impacto ambiental y ocupación de terrenos ajenos.
Construcciones con irregularidades y disputas sobre permisos
Hakobjanyan, propietario de la empresa constructora “Kapavor”, ha recibido contratos estatales millonarios, incluyendo carreteras como Argavand-Shirak y tramos del proyecto Norte-Sur. Sin embargo, su construcción junto al Sevan ha sido irregular desde 2020. La primera villa se levantó sin la obligatoria evaluación de impacto ambiental (ShMAG) y, tras la polémica, la obra fue detenida.
En 2021, Hakobjanyan presentó un proyecto actualizado para dos villas, con ShMAG positiva, aunque la ejecución incluye elementos no contemplados: dos piscinas (una dentro del lago), muros de contención y accesos pavimentados hacia el agua.
“El lago Sevan es un ecosistema protegido y la construcción no debería superar el límite de 1905 metros de altitud”, señaló un funcionario del Ministerio de Medio Ambiente. Las construcciones de Hakobjanyan incluyen áreas bajo este límite, lo que implica violaciones legales que aún no se han subsanado.
Terrenos en disputa y ocupación de propiedades ajenas
El proyecto de Hakobjanyan se desarrolla sobre tres parcelas oficialmente pertenecientes al Parque Nacional Sevan, aunque parte de la construcción invade terrenos de terceros. Fotografías aéreas muestran que la villa y la piscina intermedia ocupan parcelas de otros propietarios (Hakob Hakobjan, Harutyun Thomakyan y Andranik Aghajanyan).
Además, el registro catastral no refleja las construcciones, lo que sugiere que aún no se ha emitido acta de finalización, requisito para la legalización de edificaciones en Armenia. Hakobjanyan, sin embargo, asegura que todas las obras cumplen el proyecto aprobado:
“La piscina del lago no existe, solo hay una según el proyecto. He seguido todas las fases de ShMAG y todos quedaron sorprendidos”, declaró el empresario.

Impacto ambiental y polémica social
Entre las irregularidades identificadas se encuentran: ocupación de áreas por debajo de 1905 m, piscinas con extracción de agua directamente del lago sin permisos, muros de contención y construcción en terrenos de vecinos. El proyecto ha generado críticas por su impacto en la ribera del Sevan y la falta de transparencia en la asignación de terrenos.
Aunque la construcción finalizó en 2023, las villas aún no cuentan con registro oficial ni han recibido la aprobación completa de las autoridades locales. Expertos advierten que estas prácticas pueden afectar el ecosistema lacustre y sentar precedentes para otros proyectos ilegales en zonas protegidas.
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