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Alemania condena al exdiputado Eduard Lintner por aceptar sobornos de Azerbaiyán

El juicio contra los exdiputados Axel Fischer y Eduard Lintner por sobornos relacionados con Azerbaiyán resalta la corrupción en PACE.

El exdiputado Eduard Lintner, de la Unión Social Cristiana, fue condenado en Alemania por aceptar sobornos del gobierno de Azerbaiyán. La sentencia, emitida por el Tribunal Superior Regional de Múnich, lo declara culpable de haber recibido pagos ilegales en el marco de la llamada “Lavandería azerbaiyana”, una operación de blanqueo y sobornos por 2.900 millones de dólares.

El fallo, dictado el 2 de junio, impone a Lintner una pena de nueve meses de prisión condicional. Durante el juicio, el exlegislador admitió haber gestionado pagos provenientes de Bakú, aunque insistió en que se trataban de “actividades de cabildeo” y no de coimas. “Mi trabajo fue por motivos honorables”, declaró, citando su preocupación por el conflicto de Nagorno-Karabaj y comparaciones con la Guerra Fría. Pero el juez Jochen Bösl no aceptó esa versión. Afirmó que la aceptación de los cargos constituía una confesión válida.

Corrupción disfrazada de diplomacia

Entre 2012 y 2014, el régimen de Ilham Aliyev impulsó una red secreta para comprar influencia en Europa y blanquear su imagen, mientras en casa encarcelaba periodistas y activistas. Parte de esos fondos sirvieron para sobornar a políticos con peso en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Lintner fue uno de ellos. Recibió pagos canalizados a través de intermediarios, en parte ocultos y en parte públicos.

Otros dos acusados, un familiar y un empleado de Lintner, ya confesaron y fueron absueltos. El caso contra otro exdiputado, Axel Fischer, miembro de la Unión Demócrata Cristiana, comenzará a fines de este año.

Alemania sobornos Azerbaiyán
Alemania condena al exdiputado Eduard Lintner por recibir sobornos de Azerbaiyán en el escándalo de la Lavandería de $2.900 millones.

Transparencia Internacional: «La democracia estuvo en juego»

La organización Transparencia Internacional celebró el fallo como un precedente sin igual. “El veredicto demuestra que la justicia es posible, incluso en casos complejos de corrupción transnacional”, señaló Maíra Martini, directora ejecutiva. Y agregó: “Otros países involucrados deberían seguir el ejemplo de Alemania”.

Margarete Bause, vicepresidenta de la filial alemana, alertó sobre los efectos de estos casos. “Cuando los funcionarios electos son corrompidos por estados autoritarios, se amenaza todo nuestro sistema democrático”, dijo. Bause subrayó que se tardó más de una década en llegar a este punto: “La rendición de cuentas debió ser inmediata”.

Silencio oficial en Bakú

El gobierno de Azerbaiyán nunca negó su rol en el esquema. No comentó sobre el uso de cuentas offshore ni sobre los 17 bienes inmobiliarios adquiridos por la familia Aliyev en Londres, uno de ellos a nombre de su hijo Heydar cuando tenía solo once años. A pesar de las pruebas documentadas por OCCRP y medios europeos, ninguna investigación local avanzó contra altos cargos azerbaiyanos.

Este veredicto en Alemania representa uno de los pocos logros judiciales en una trama que expone cómo una dictadura puede comprar prestigio y complicidad política en pleno corazón de Europa.

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