La Unión Europea anunció un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, pero el Kremlin sigue encontrando vías para esquivar las restricciones. Una investigación de Bild, basada en el trabajo del proyecto Arctida, revela que diamantes rusos siguen llegando a Europa disfrazados como productos armenios.
Armenia como escala para los diamantes rusos
Desde el 1 de enero de 2024, está prohibida la importación de diamantes rusos en la Unión Europea. Sin embargo, la empresa estatal rusa Alrosa, que controla el 97 % de la producción de diamantes del país, ideó un mecanismo para mantener sus exportaciones.
Según la investigación, Alrosa creó una compañía fachada llamada PBK, registrada a nombre de una exempleada. A través de esta firma, los diamantes en bruto se envían primero a Armenia, donde son pulidos. En ese proceso pierden oficialmente su origen ruso y pasan a ser presentados como productos armenios.
Posteriormente, esas piedras llegan a India, Emiratos Árabes Unidos o China, hasta terminar en el principal centro de comercio de diamantes de Europa: Amberes.

Amberes, el punto clave
La Asociación de la Industria de Amberes (AWDC) afirmó haber dejado de comerciar con diamantes rusos desde enero de 2024. Sin embargo, los datos de Arctida contradicen esa versión. Solo entre enero de 2023 y marzo de 2024, PBK exportó diamantes por valor de 250 millones de euros.
El dinero de esas operaciones, según Bild, termina tributando en Rusia y alimentando las finanzas del Kremlin.
La trampa legal creada por la UE
El vacío legal que permite este comercio paralelo lo generó la propia Unión Europea. Desde hace años, Bruselas prometió un sistema de trazabilidad blockchain para verificar el origen de cada piedra preciosa. No obstante, hasta ahora solo se aplica a diamantes de menos de 0,5 quilates.
Las autoridades comunitarias confirmaron que el control integral se aplicará recién a partir del 1 de enero de 2026. Hasta entonces, el Kremlin dispone de un margen para seguir burlando las sanciones.
“Los diamantes rusos siguen entrando al mercado europeo a través de Armenia. Y esto demuestra que la UE crea las reglas, pero también los vacíos para que se puedan eludir”, escribió Bild en su investigación.
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