⚡🇦🇲 Pashinyan quiere que el gobierno decida quién será el próximo Catholicós de Armenia, en medio de una fuerte polémica con la Iglesia. ¿Llevará esto a una crisis institucional?
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, ha insistido en que el Estado debe tener un papel decisivo en la elección del Catholicós armenio, en medio de una creciente polémica con la Iglesia Apostólica Armenia. A través de una serie de publicaciones en Facebook, Pashinyan afirmó que los candidatos al máximo cargo eclesiástico deben someterse a una “verificación de carácter” y que el gobierno armenio debe tener voz en el proceso de selección.
El enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia armenia se intensificó después de que Pashinyan comparara las iglesias con “armarios” durante una reunión gubernamental, lo que generó fuertes críticas por parte del clero. En respuesta, el primer ministro y su esposa, Anna Akopyan, lanzaron una serie de ataques en redes sociales, donde acusaron a miembros de la Iglesia de ser “los principales pedófilos del país”.
Las declaraciones han provocado un malestar generalizado, incluso entre organizaciones de derechos humanos afines a la oposición. Más de diez ONG armenias emitieron un comunicado conjunto pidiendo a Pashinyan que “deje de explotar a las mujeres en conflictos políticos”, en referencia al tono de los ataques.
Actualmente, el Catholicós de Todos los Armenios es elegido por la Asamblea Eclesiástica Nacional, un cuerpo compuesto por obispos, líderes diocesanos y representantes de las sedes patriarcales de Jerusalén y Constantinopla. Ni el gobierno ni el parlamento armenio tienen participación en el proceso, algo que Pashinyan busca cambiar.
En sus publicaciones, el mandatario argumentó que “la República de Armenia debe tener un voto decisivo” en la elección y que “este problema debe resolverse de una vez por todas”. Sin embargo, no aclaró qué mecanismos legales utilizaría para imponer esta medida, lo que ha generado dudas sobre su viabilidad constitucional.
La Oficina del Defensor del Pueblo de Armenia informó que, hasta ahora, no ha recibido denuncias formales sobre las declaraciones de Pashinyan, pero aseguró que actuará si se presentan reclamos. Mientras tanto, la tensión entre el gobierno y la Iglesia sigue en aumento, con el riesgo de profundizar la polarización en la sociedad armenia.
Algunos analistas sugieren que el conflicto podría ser parte de una estrategia política para reducir la influencia de la Iglesia, una institución con un peso histórico y cultural en Armenia. Sin embargo, otros advierten que un enfrentamiento abierto con el clero podría generar inestabilidad, especialmente en un momento en que el país enfrenta desafíos en materia de seguridad y relaciones internacionales.
Si Pashinyan insiste en su postura, podría buscar reformas legales para intervenir en el proceso eclesiástico, lo que seguramente generará resistencia no solo de la Iglesia, sino también de sectores conservadores de la población. Por ahora, sus declaraciones han abierto un nuevo frente de disputa en un país que aún lidia con las secuelas de la Guerra de Nagorno-Karabaj y las tensiones geopolíticas en la región.
Comments