La industria de la construcción en Armenia se ha posicionado como uno de los motores principales de la economía nacional, contribuyendo con más del 21% del Producto Interno Bruto (PIB) al incluir sectores auxiliares. Sin embargo, el aumento de los costos, las barreras administrativas y la inestabilidad regulatoria están afectando su desarrollo.
Según Gurgen Grigoryan, director de la Asociación de Constructores de Armenia, “la construcción por sí sola aporta el 15,2% del PIB, y esta cifra aumenta al 21-22% al incluir industrias relacionadas como el transporte, materiales de construcción y servicios técnicos”. Durante una conferencia de prensa el 10 de diciembre, Grigoryan destacó que el sector es una «locomotora del crecimiento económico» en el país.
A pesar de este papel fundamental, el sector enfrenta grandes desafíos. Grigoryan enfatizó la necesidad de adoptar herramientas innovadoras y reformar los procesos administrativos para mantener el impulso económico.
Retos actuales de la industria de la construcción
El desarrollo del sector enfrenta varios problemas críticos, entre ellos el aumento de costos. Los precios de los materiales de construcción, junto con el incremento en las tarifas de conexión a servicios públicos, han disparado los costos. Por ejemplo, el costo de construir un edificio de 14 pisos en el distrito Arabkir de Ereván oscila entre AMD50-60 millones (aproximadamente 125.000-150.000 dólares).
Otros son las barreras administrativas. Los procesos de aprobación gubernamental y municipal son lentos, y los cambios constantes en las regulaciones generan incertidumbre. “La inestabilidad regulatoria afecta negativamente el atractivo de la inversión”, afirmó Grigoryan.
Por último, se remarca el impacto en el mercado inmobiliario. Dado el aumento continuo de los costos de construcción, es poco probable que los precios de las viviendas disminuyan en el futuro cercano. Esto representa un desafío tanto para los compradores como para los desarrolladores.

Innovación y reformas como solución
Para superar estos retos, los líderes del sector proponen implementar reformas clave. Según Grigoryan, acelerar los procesos administrativos y ofrecer un marco regulatorio estable sería esencial para fomentar la inversión y mejorar la eficiencia.
El uso de tecnologías innovadoras en la construcción también es una prioridad. La incorporación de herramientas modernas podría reducir costos y aumentar la competitividad del sector. Estas iniciativas no solo fortalecerían el sector, sino que también tendrían un impacto positivo en el crecimiento económico general del país.
El sector de la construcción es una pieza fundamental para el desarrollo sostenible de Armenia. Aunque enfrenta numerosos desafíos, su contribución al PIB lo convierte en una prioridad para las políticas económicas del gobierno. Abordar las barreras actuales y fomentar la innovación será clave para garantizar su crecimiento y competitividad en el mercado internacional.
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