En un enfrentamiento sin precedentes, el primer ministro armenio Nikol Pashinyan ha acusado públicamente al Catholicós Karekin II, líder espiritual de la Iglesia Apostólica Armenia, de posiblemente violar su voto de celibato, provocando una grave crisis entre el Estado y la institución religiosa milenaria.
A través de su cuenta oficial de Facebook, el mandatario armenio lanzó una bomba política: «Si se demuestra que Karekin II rompió su voto de celibato y tiene un hijo, no puede seguir siendo Catholicós». Pashinyan justificó su declaración argumentando que plantea el tema «como seguidor de la Iglesia y como primer ministro», considerándolo tanto un asunto de seguridad espiritual como de seguridad nacional, según reportó News-Armenia.
El líder armenio enfatizó que «el Catholicós no puede tener una vida privada en esos términos» y exigió a la Santa Sede de Echmiadzín que tome posición sobre este asunto. Estas declaraciones llegan en medio de una creciente tensión entre el gobierno y la Iglesia, que se ha venido agravando en las últimas semanas.
La contundente respuesta de la Iglesia Armenia
El Consejo Espiritual Supremo de la Iglesia Apostólica Armenia respondió con un comunicado oficial donde calificó las declaraciones de Pashinyan como parte de una «vergonzosa campaña anti-iglesia».
En el texto, la máxima autoridad eclesiástica armenia condenó los «intentos ilegales de interferencia política» en asuntos religiosos, acusando al primer ministro de crear «agendas artificiales» para desviar la atención pública y advirtió sobre «consecuencias graves» si continúan estos ataques
«Hacemos un llamado a las autoridades competentes para detener esta política miope», señaló la declaración eclesiástica, sin especificar a qué instancias estatales se referían exactamente.
Llamó mucho la atención de los analistas la reacción del Consejo espiritual Supremo, que buscó no exacerbar la confrontación, sino calmar la situación para no agravar la situación.

Contexto de una escalada anunciada
Este explosivo episodio no es un hecho aislado, sino la culminación de semanas de creciente tensión entre el gobierno y la Iglesia:
El 29 de mayo, durante una sesión gubernamental, Pashinyan había comparado las iglesias armenias con «almacenes de basura», generando indignación entre los fieles. Al día siguiente, su esposa Anna Hakobián emitió declaraciones aún más duras, refiriéndose a miembros del clero como «pedófilos» y «maníacos vestidos de negro».
El obispo Makar Hakobián, primado de la diócesis de Syunik, respondió que tales comparaciones eran «ofensivas e irrespetuosas», recordando que «la iglesia ha sido faro de espiritualidad y resiliencia nacional durante siglos».
Análisis: ¿Qué busca Pashinyan ?
Expertos políticos consultados por CivilNet sugieren tres posibles motivaciones detrás de este ataque frontal desacreditar a la Iglesia ante la opinión pública, especialmente importante de cara a las elecciones parlamentarias de 2026.
También sentar precedentes para eventualmente intervenir en el proceso de elección del Catholicós, tradicionalmente ajeno al poder secular. Aunque hay medios que estiman que el gobierno busca distraer atención de la crítica situación económica y su desplome en las encuestas.
El analista político Garnik Asatryan señaló: «Estamos ante un cálculo político arriesgado. Pashinyan parece creer que puede ganar una batalla cultural contra una institución con 1,700 años de historia y profundo arraigo popular».
Reacciones internacionales y de la diáspora
La diáspora armenia ha reaccionado con alarma ante estos acontecimientos: El Consejo Nacional Armenio de EE.UU. calificó las acciones de Pashinyan como «un ataque a los pilares de la identidad nacional» y comunidades de la FRA en Francia, Líbano y Argentina preparan manifestaciones de apoyo a Karekin II.
Pero Moscú y Teherán, aliados tradicionales de Echmiadzín, siguen el caso con atención, aunque sin pronunciamientos oficiales hasta el momento.
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