Un informe interno filtrado de la empresa bielorrusa Tetraedr confirma que Azerbaiyán utilizó sistemas modernizados “Pechora-2TM” para derribar al menos 11 drones armenios durante la guerra de los 44 días en 2020, reavivando la polémica sobre la venta de armas entre países miembros de la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva).
Armas bielorrusas en el campo de batalla del Cáucaso
Los documentos, obtenidos por el Proyecto de Reportería sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP) junto con Hetq (Armenia) y Buro Media (Bielorrusia), detallan que la compañía Tetraedr no solo suministró equipos a Bakú, sino que también ofreció modernización y mantenimiento de sistemas de defensa aérea a través de contratos firmados entre 2006 y 2020.
En uno de los reportes internos se indica que, durante el conflicto en Nagorno Karabaj, las baterías “Pechora-2TM” con números de fábrica 3, 2, 28 y 11 fueron responsables de derribar drones armenios, sumando 11 aparatos destruidos.
La contradicción en el marco de la OTSC
El hecho resulta particularmente sensible para Ereván, ya que tanto Armenia como Bielorrusia son miembros de la OTSC, el bloque militar liderado por Moscú. A pesar de esa alianza, Minsk suministró armamento a Bakú, que lo utilizó en la guerra contra Armenia.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, ya había denunciado públicamente la posición de Minsk. Tras la guerra de 2020, y en especial después de que el presidente bielorruso Alexandr Lukashenko calificara el ataque a Nagorno Karabaj como una “guerra de liberación”, Ereván anunció que no participaría en encuentros de alto nivel en Bielorrusia mientras Lukashenko siga en el poder.
Contratos, intermediarios y paraísos fiscales
La investigación también reveló que al menos nueve contratos entre Tetraedr y Azerbaiyán se firmaron a través de una empresa offshore registrada en las Islas Vírgenes Británicas, N.P.O. Navigation Systems.
Según los Pandora Papers, la compañía estaba vinculada inicialmente a los empresarios azerbaiyanos Fuad Seyidaliyev y Arif Rahimov, relacionados con el sector militar. En abril de 2020, apenas meses antes del estallido de la guerra, transfirieron sus acciones al israelí David Sutovsky, quien ya figuraba como director de la firma.
Expertos como Pieter Wezeman, del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), advirtieron que este tipo de intermediaciones opacas “aumentan los riesgos de corrupción en el comercio de armas”.
Reacciones oficiales y silencios
El Ministerio de Defensa de Armenia se negó a confirmar o desmentir la información alegando secreto de Estado, mientras que el Comité de Investigación armenio aseguró no haber obtenido datos sobre el uso del Pechora-2TM en el marco de la causa penal contra la agresión a Nagorno Karabaj.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán no respondió a las solicitudes de los periodistas.
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