En un contexto de creciente tensión entre Armenia y Azerbaiyán, el presidente del consejo público dependiente del Ministerio de Protección de la Naturaleza de Azerbaiyán, Amin Mamedov, ha solicitado la implementación de controles internacionales sobre las fábricas metalúrgicas armenias. Mamedov destacó la necesidad de que Armenia presente un informe detallado sobre las actividades de estas plantas, las cuales son consideradas peligrosas para el medio ambiente.
Exigencias y Contexto
La coalición azerbaiyana «La protección del medio ambiente primero» ha denunciado los daños causados por la industria minera armenia, mencionando específicamente la situación del río Voghji en la zona transfronteriza. En este sentido, funcionarios y parlamentarios azerbaiyanos han declarado que durante la próxima COP 29 presentarán un informe sobre los «graves daños ambientales» atribuibles a las actividades mineras en Armenia.
«Exigimos que se controlen las fábricas metalúrgicas armenias con la participación de especialistas internacionales y azerbaiyanos», afirmó Mamedov.
La exigencia de Azerbaiyán surge en respuesta a la supuesta violación de la evaluación de impacto ambiental de 1991 en el contexto transfronterizo, tras la suspensión de la construcción de una planta metalúrgica por parte de Armenia en la zona fronteriza con Nakhichevan (Eraskhum).
«Cada uno de los países que adhirieron a ese convenio se compromete a realizar una evaluación ambiental en un contexto transfronterizo«, dijo.
Armenia, a pesar de ser miembro del Convenio de Espoo, ha sido acusada de no respetar sus disposiciones.

Reacciones de las ONG
Este tema ha generado un amplio debate entre las ONG de ambos países. A principios de año, varias organizaciones en Armenia protestaron contra la explotación de la mina Amulsar, y tras la solidaridad expresada por la coalición azerbaiyana, estas ONG fueron acusadas de espionaje. Bagirov, cofundador de la coalición, también subrayó que 12 de las 26 empresas mineras de Armenia están ubicadas en la región de Zangezur occidental, lo que representa un riesgo ambiental significativo.
«Es importante que Armenia ratifique la Convención de las Naciones Unidas sobre la protección y utilización de los cursos de agua transfronterizos y de los lagos internacionales», afirmó Bagirov.
La cooperación entre ONG de ambos países es vista como esencial para el monitoreo de la situación medioambiental en la región.
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