El Ministro de Defensa de Azerbaiyán, Zakir Hasanov, ha ordenado un aumento significativo en la vigilancia de las tropas en la frontera con Armenia. La medida se da en un contexto de crecientes tensiones entre ambos países y refuerza la preparación de las fuerzas armadas azerbaiyanas para posibles “provocaciones”.
Según el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, esta decisión responde a la necesidad de mantener un alto nivel de capacidad de combate y estar preparados para “acciones preventivas”.
Chantaje político y presión en las negociaciones de paz
Las recientes órdenes de Hasanov han sido percibidas como un esfuerzo por ejercer presión psicológica sobre Ereván. Nikol Pashinyan, Primer Ministro de Armenia, aseguró durante el foro “Encrucijada pacífica: unidad de seguridad y democracia” que Armenia no tiene ambiciones sobre el territorio de Azerbaiyán y reiteró su disposición a no usar la fuerza militar para recuperar las zonas ocupadas por Azerbaiyán.
Sin embargo, estas declaraciones han sido ignoradas por Bakú. Las acciones militares y la retórica del gobierno de Ilham Aliyev sugieren que Azerbaiyán busca aprovechar la situación para obtener concesiones favorables en un posible acuerdo de paz, eludiendo el enfoque propuesto por Armenia de firmar los puntos acordados hasta ahora.

Azerbaiyán reacciona a las declaraciones de Pashinyan sobre la apertura de comunicaciones
El gobierno azerbaiyano, a través de su secretario de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores, Aykhan Hajizade, reaccionó de manera crítica a las declaraciones de Pashinyan sobre la apertura de las comunicaciones regionales. Pashinyan había mencionado que si Azerbaiyán no tiene intenciones agresivas, la reapertura de las rutas de transporte regional podría suceder de inmediato, en base al acuerdo tripartito firmado el 9 de noviembre de 2020.
Hajizade acusó a Armenia de “distorsionar la realidad” y de ignorar sus obligaciones con respecto a la apertura de las comunicaciones. Sin embargo, esta acusación parece obviar que Azerbaiyán ya ha violado varios puntos clave del acuerdo trilateral, incluyendo la expulsión de los armenios de Nagorno-Karabaj (Artsaj) y la ocupación de territorio soberano armenio.
Tensiones persistentes en el Cáucaso
Las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán han aumentado desde el fin de la guerra en Nagorno-Karabaj en 2020, que dejó a miles de desplazados y a la región bajo control azerbaiyano. A pesar de los esfuerzos diplomáticos para normalizar las relaciones, las hostilidades continúan. Azerbaiyán, por su parte, ha mantenido una postura agresiva en cuanto a la defensa de su territorio y la reclamación de zonas estratégicas en las fronteras.
Armenia, por otro lado, se enfrenta a una crisis humanitaria con la llegada de miles de refugiados desde Nagorno-Karabaj tras la ocupación azerbaiyana, lo que ha sido condenado por diversos organismos internacionales.
El futuro de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán
El endurecimiento de la postura militar azerbaiyana no facilita el diálogo para la paz en la región. La falta de confianza entre ambos gobiernos y las acciones contradictorias a los acuerdos previos complican aún más la situación. Sin embargo, la comunidad internacional, y particularmente la Unión Europea (UE), ha señalado la importancia de encontrar una solución pacífica al conflicto. Recientemente, la UE ha asignado 30 millones de euros adicionales a Armenia para reforzar su Fondo de Paz, una medida que podría ayudar a mitigar las tensiones y facilitar el desarrollo de una paz sostenible en el Cáucaso.
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