El Comité de Investigación de Armenia anunció el miércoles 10 de julio la detención de siete personas vinculadas al partido opositor Dashnaktsutyun (ARF) por presunta preparación de atentados terroristas y posesión de armamento ilegal. Las operaciones, ejecutadas por el Servicio de Seguridad Nacional (NSS), incluyeron registros en las casas de importantes figuras políticas, como el diputado Gegham Manukyan, el dirigente Vahan Matinyan y el histórico referente Hrant Margaryan.
El gobierno de Pashinyan intensifica la persecución judicial contra figuras opositoras del histórico partido ARF-Dashnaktsutyun, en medio de acusaciones por preparación de ataques y tráfico de armas
Según el comunicado oficial del NSS, se incautaron durante los allanamientos «detonadores eléctricos de activación remota, una granada de combate con su espoleta, pólvora, emisoras de radio y otros dispositivos de interés investigativo». Uno de los detenidos ya fue formalmente imputado bajo el artículo 43-308 del Código Penal por «preparación de actos terroristas».

Dashnaktsutyun denuncia persecución y montaje judicial
Desde el partido ARF, que forma parte activa del movimiento opositor “Lucha Sagrada”, se rechazaron enérgicamente las acusaciones. La diputada Kristine Vardanyan denunció que:
“Las autoridades quieren criminalizar una consigna patriótica como ‘Muerte o Libertad’. Es un intento burdo de justificar la represión política”.
Por su parte, el abogado Sergey Harutyunyan, defensor de varios de los imputados, explicó que gran parte de los objetos incautados eran legales:
“Se trata de elementos de airsoft, armas registradas y equipos recreativos. Lo están usando para fabricar una narrativa de terrorismo”.
La Oficina de Relaciones Públicas del Tribunal Supremo de Armenia también reconoció que, en los operativos realizados en domicilios de “fuerzas aliadas” del partido, no se hallaron objetos ilegales, ya que los rifles y ametralladoras estaban registradas.. Incluso la supuesta granada contenía simplemente granos de plástico, típicos del juego de Strikeball (versión local del airsoft).
Moscú como refugio y telón de fondo
En paralelo a las detenciones, algunos miembros de la cúpula de Dashnaktsutyun abandonaron el país y aparecieron en Moscú, lo que alimenta las denuncias del oficialismo sobre una presunta conexión entre el partido y círculos rusos contrarios al proceso de normalización con Azerbaiyán.

El representante de la Oficina de la ARF, el diputado Armen Rustamyan y el representante del Órgano Supremo de la ARF en Armenia, el diputado Ishkhan Saghatelyan se reunieron con representantes de las fuerzas políticas de la Duma Estatal de la Federación de Rusia como parte de su visita a la Federación de Rusia.
“El momento no es casual”, advirtió un funcionario cercano al gobierno, bajo condición de anonimato. “En pleno intento de sellar un acuerdo de paz, resurgen células desestabilizadoras con respaldo externo”, señaló.
Una nueva escalada en el conflicto entre el Estado y la oposición nacionalista
Esta nueva arremetida contra Dashnaktsutyun, que tiene raíces ideológicas profundas y una importante base social en la diáspora, se da en el marco de una creciente tensión política interna. Desde hace semanas, las fuerzas de seguridad han emprendido una campaña de arrestos y allanamientos contra figuras de la oposición, en particular del movimiento Lucha Sagrada, vinculado también a sectores de la Iglesia Apostólica Armenia y a oligarcas enfrentados al gobierno.
La narrativa oficial sostiene que estos grupos estarían conspirando para obstaculizar el tratado de paz con Azerbaiyán y desestabilizar el país mediante acciones violentas. La oposición, por su parte, considera que se trata de una “caza de brujas” que busca silenciar el disenso y reprimir la identidad nacional en nombre de un proyecto político prooccidental.

Una pieza más en el conflicto Estado-oposición-iglesia
El arresto de figuras de Dashnaktsutyun se suma a una larga lista de enfrentamientos entre el gobierno de Nikol Pashinyan y estructuras tradicionales del poder político y simbólico armenio: la Iglesia Apostólica, los exlíderes militares, los empresarios pro-Moscú y ahora los partidos históricos.
“La línea divisoria no es ideológica, sino geopolítica”, afirma un analista local. “Los que apuestan por la salida del conflicto con Azerbaiyán y una integración con Occidente están desmantelando sistemáticamente a quienes fueron funcionales al modelo ruso”.
El futuro inmediato parece incierto. Si bien el gobierno ha reforzado su control institucional, las tensiones internas están lejos de disiparse. Y con el Kremlin cada vez más excluido del proceso regional, la tentación de alentar conflictos internos para debilitar al gobierno en Ereván sigue latente.
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