El gobierno de Armenia ha incrementado significativamente la inversión en la preservación de su patrimonio religioso, asignando aproximadamente AMD1.700 millones (unos US$4,2 millones) para la restauración y fortalecimiento de iglesias y complejos monásticos durante 2025. Esta cifra representa un aumento de 14 veces respecto a los AMD127,2 millones destinados en 2018, según datos del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de Armenia.
Un compromiso creciente con el patrimonio religioso
Desde 2018, Armenia ha invertido un total de AMD3.143 millones en la conservación de monumentos históricos y culturales, de los cuales AMD1.688 millones se han dirigido específicamente a iglesias y complejos eclesiásticos. «Estos trabajos incluyen no solo restauración arquitectónica, sino también excavaciones arqueológicas y la elaboración de documentación técnica y científica», explicó un portavoz del ministerio.
Entre los proyectos más destacados previstos para 2025 figuran la restauración del Templo de Yereruyk, una de las basílicas cristianas más antiguas del país, el fortalecimiento estructural del Complejo Monástico de Haghpat, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y la rehabilitación de la Iglesia de la Santísima Trinidad en Kirants, dañada durante los recientes conflictos fronterizos.
Colaboración público-privada en la preservación cultural
Además de los fondos estatales, en los últimos tres años se han restaurado 19 monumentos religiosos mediante alianzas entre el gobierno y entidades privadas. Nueve de estos pertenecen a la Santa Sede de Echmiadzin, centro espiritual de la Iglesia Apostólica Armenia, mientras que los otros diez son propiedad estatal.
Entre los proyectos de colaboración destacan la rehabilitación del Monasterio de Kecharis en Tsaghkadzor, la restauración de la Iglesia de San Hovhannes en Meghri y los trabajos de conservación en el Monasterio de Ushi, uno de los centros monásticos más antiguos del país.

Un esfuerzo por equilibrar patrimonio y política
Como informara SoyArmenio.com, este aumento en la inversión para la preservación del patrimonio religioso se produce en un contexto de tensas relaciones entre el gobierno y la Iglesia Apostólica Armenia. Las críticas recientes del primer ministro Nikol Pashinyan hacia la institución eclesiástica habían generado preocupación sobre el futuro de estos monumentos.
Sin embargo, los datos oficiales muestran un compromiso sostenido con la protección del legado cultural armenio, independientemente de las tensiones políticas. «La preservación de nuestras iglesias no es solo un acto de fe, sino un deber histórico con las generaciones futuras», señaló un funcionario del ministerio.
Con los trabajos planificados para 2025, Armenia busca no solo salvaguardar edificios históricos, sino también reafirmar su papel como custodio de uno de los patrimonios cristianos más antiguos del mundo.
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