Las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán en torno a la entrega de mapas de campos minados han escalado nuevamente tras declaraciones encontradas entre los portavoces de sus respectivas cancillerías. Mientras Bakú cuestiona la precisión de los datos entregados, Ereván afirma que los registros ya proporcionados son los más exactos posibles y está dispuesto a verificarlos con expertos internacionales.
Armenia entregó 972 mapas de minas sin condiciones previas
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia, Ani Badalyan, respondió este 9 de abril a las nuevas exigencias de Bakú recordando que Armenia entregó de manera unilateral 972 registros de zonas minadas durante 2021. Las fechas de entrega incluyen el 12 de junio, 3 de julio, 19 de octubre, 1 y 29 de noviembre, lo que demuestra —según Badalyan— el compromiso humanitario del país.
«No existen mapas ‘mejores o más precisos’. Armenia está dispuesta a verificar la exactitud de estos mapas con la participación de expertos internacionales», escribió Badalyan en su cuenta de X.
Además, en 2024, Armenia compiló nuevos mapas a partir de estudios de campo y los transfirió a Azerbaiyán, reafirmando su voluntad de cooperación en cuestiones humanitarias.

Azerbaiyán insiste en la baja fiabilidad de los datos
Por su parte, Aykhan Hajizadeh, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, declaró que los mapas proporcionados solo tienen un 25 % de precisión, y afirmó que, si bien los documentos armenios indican unas 400.000 minas, el número real sería de 1,5 millones.
“Esperamos mapas precisos de todas las zonas minadas para garantizar el regreso seguro de los desplazados internos y la reconstrucción de las regiones afectadas”, sostuvo Hajizadeh.
Esta discrepancia alimenta la narrativa de desconfianza mutua que ha marcado las relaciones bilaterales desde el final de la Segunda Guerra del Alto Karabaj.
El fallo de la Corte Internacional de Justicia favorece a Armenia
En un giro jurídico clave, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazó recientemente la solicitud de Azerbaiyán para imponer medidas provisionales contra Armenia, que la acusaban de actividades mineras ilícitas. Este fallo ha sido interpretado como una validación del enfoque cooperativo de Ereván.
«La CIJ ha rechazado inequívocamente la demanda de Bakú, lo que refuerza la postura de Armenia en este tema», indicó Badalyan.
El desminado como cuestión humanitaria y política
La presencia de minas antipersonales en las regiones recuperadas por Azerbaiyán tras el conflicto de 2020 representa un serio obstáculo para el retorno de desplazados internos y la reconstrucción postbélica. Sin embargo, el tema se ha convertido también en un punto de fricción política, utilizado por ambas partes como argumento ante la comunidad internacional.
Como informara SoyArmenio.com, la entrega de mapas, aunque vital desde una perspectiva humanitaria, también representa una herramienta diplomática en el marco de las negociaciones de paz en curso.
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